Han pasado más de dos años desde que Sam y Chris Gould fallecieron. Tras haber vivido un auténtico calvario, estas gemelas británicas decidieron quitarse la vida con pocos meses de diferencia. Lamentablemente, ambas habían sido víctimas de abusos sexuales durante un largo tiempo.
Las hijas de Ian Gould y su esposa Jane nacieron en 2001 y desde bien pequeñas eran brillantes. Sus progenitores tenían como filosofía de vida “exponerlas a tanta diversión y actividad como fuera posible”. Estas gemelas británicas bailaban ballet, pertenecían a diversos equipos deportivos y montaban a caballo, entre otras cosas.
Un secreto guardado durante años
No obstante, sus padres señalan que desde su infancia mostraban señales de que las cosas no iban demasiado bien. Una de las niñas se arrancaba las pestañas, las cejas e incluso el cabello.
Además, las pequeñas obtuvieron las puntuaciones más bajas que había visto su colegio en las pruebas psicométricas. Esto llamó mucho la atención de sus profesores y, sobre todo, la de sus padres.
“Solo somos padres. No estamos capacitados para entender lo que estaba pasando y, lamentablemente, ninguno de los profesionales que las vio tampoco lo hizo”, se lamenta ahora su madre.
En 2014, algunos de los amigos de las gemelas expresaron su preocupación. Ambas estaban publicando en sus redes sociales mensajes relacionados con pensamientos suicidas y la anorexia.
Fue un año después cuando descubrieron que Sam se había autolesionado. Sus progenitores se sintieron “completamente indefensos”. Por ello, tomaron la drástica decisión de dejar sus carreras para centrarse de lleno en sus hijas.
En mayo de 2016, cuando las hermanas tenían 14 años, se desveló el gran problema con el que llevaban años lidiando. Chris intentó quitarse la vida y su gemela confesó que ambas habían sido víctimas de abusos sexuales desde los cinco años hasta su adolescencia.
"Tu cerebro te dice: «Esto no puede ser verdad»”, confiesa la madre de estas adolescentes británicas. “Hemos hecho todo lo posible para proteger a nuestras niñas; ¿cómo pudo haber estado sucediendo esto sin que lo supiéramos?”, señala.
No obstante, esta situación les brindó la oportunidad de encontrar la respuesta que tanto tiempo llevaban buscando: “por qué dos chicas que tenían todo a su favor se están desmoronando”.
Las autoridades de Hampshire investigaron el caso. Sin embargo, las niñas no quisieron testificar en vídeo porque estaban luchando con sus problemas de salud mental. Lamentablemente, esta fue la única opción que se les ofreció en aquel momento, señala su padre.
A finales de 2016, la policía cerró el caso sin haber interrogado al presunto abusador. “Tuvimos que decirles a las chicas que la policía no iba a hacer nada al respecto, que ni siquiera iban a interrogarlo”, dice Ian.
Indefensas ante lo que estaba sucediendo a su alrededor
Las gemelas se sintieron muy mal porque parecía que lo suyo formaba parte de una gran invención. Estas adolescentes sintieron que no las creían, añaden sus padres.
Ambas pasaron un tiempo en unidades de salud mental como pacientes internadas. Allí fueron separadas siguiendo el procedimiento estándar que se usa con los hermanos. Esto les perjudicó en gran medida.
Una de ellas fue trasladada a una unidad diferente. Allí no se permitía ninguna forma de comunicación, lo que sus padres dicen que fue “la peor separación”.
Ian y Jane lucharon para que sus hijas fueran diagnosticadas con una enfermedad mental específica. “Las chicas estaban desesperadas por saber qué les pasaba, ellas mismas lo decían: «¿Por qué me siento así, qué me pasa?»”, relatan sus padres.
Un trágico final para estas adolescentes
El 1 de septiembre la vida de esta familia sufrió un giro inesperado. Nada volvería a ser como antes. A los 16 años, Sam decidió quitarse la vida y esto tuvo un gran impacto en su hermana gemela.
Sus padres estaban “muy agradecidos” por el nivel de flexibilidad que les ofreció la unidad de salud mental más cercana tras la muerte de su hija. Esto era algo que normalmente no hacían.
Sin embargo, la situación todavía fue a peor. El 26 de enero de 2019, su otra hija gemela se suicidó.
El mes pasado, en la investigación de las causas de la muerte de Chris, los profesionales que analizaron el caso aceptaron que había “inconsistencias” en su diagnóstico. Esto es algo que el forense descubrió que había sido “confuso” para la hermana de Sam.
El forense expresó también su preocupación ya que “no hubo seguimiento” de las adolescentes mientras aún estaban vivas. Esto hubiese servido para proporcionar un testimonio en una etapa posterior que podría haberse utilizado como prueba.
El Consejo Nacional de Jefes de la Policía Nacional está revisando su orientación “para ver si existen lagunas que deban abordarse”.
No obstante, las autoridades de Hampshire revelaron en su investigación que “no había pruebas suficientes en este caso para proporcionar una perspectiva realista de condena, y la decisión de no tomar más medidas tuvo en cuenta los deseos de las víctimas y las preocupaciones más amplias de la familia en ese momento”.
Además, la policía de Cambridgeshire señaló entonces que había reforzado su enfoque para investigar el abuso sexual infantil. Asimismo, estaba revisando los hallazgos del forense del caso.