España ha sufrido este jueves, 10 de diciembre, una gran tragedia tras incendiarse una nave industrial en la ciudad barcelonesa de Badalona y que de momento ha dejado la friolera de dos víctimas mortales y otras diecisiete personas heridas, cuatro de ellas en estado grave.
Según fuentes del Ayuntamiento de la ciudad, en el inmueble vivían entre «100 y 250» personas que habían ocupado el edificio desde hace unos diez años, por lo que las autoridades y cuerpos de emergencias temen que entre los escombros pueda haber más víctimas. Los bomberos consiguieron rescatar a unas 30 personas que saltaron por las ventanas o subieron al tejado huyendo de las llamas, ya que toda la planta superior fue pasto del fuego y hacía imposible bajar por las escaleras para salir.
El incendio se originó, por causas todavía desconocidas, en la planta superior del edificio alrededor de las nueve de la noche de ayer y se ha dado por controlado esta mañana. Durante toda la noche, el fuego ha consumido gran parte de la planta de arriba del inmueble, que ha quedado gravemente afectada y que presenta riesgo de derrumbe.
Por esa razón, los cuerpos de seguridad y de emergencias todavía no han podido entrar en el edificio y comprobar cuántas víctimas hay. De hecho, el cuerpo de una de las personas fallecidas confirmadas no ha podido recuperarse todavía. Durante las tareas de extinción, se produjeron entre cuatro o cinco colapsos, según las fuentes, que pusieron en peligro la labor de los propios bomberos mientras apagaban el fuego.
Los técnicos están ahora inspeccionando si es seguro entrar en el edificio para comprobar si hay más víctimas y rescatar sus cuerpos, y en el caso que no lo sea, cómo proceder para su demolición, lo que supondría que no se podría investigar cuáles fueron las causas del suceso.
La gente gritaba «no puedo salir»
Abdul, una de las personas que logró salir con vida del edificio, ha explicado para 'El Periódico' ha podido dar algunos detalles de lo que pasó, algo que incluso las autoridades están teniendo problemas en verificar porque muchas de las personas que habitaban la nave industrial son personas extranjeras, en situación irregular y que desconocen el idioma.
El joven ha explicado que no había niños dentro del edificio y que él estaba dentro de una habitación cuando empezó a ver el humo. Al darse cuenta de lo que pasaba, Abdul reaccionó y pudo salir a tiempo del edificio, pero algunos compañeros no corrieron su misma suerte. Según explica, «hubo personas que no pudieron salir a tiempo», como mínimo tres, que quedaron atrapadas dentro.
Las primeras informaciones indican que en el momento del incendio habría unas 80 personas en el edificio, y la rápida propagación de las llamas habría provocado que muchas personas fueran incapaces de salir y quedasen atrapadas dentro. «No puedo salir» fueron algunos gritos que Abdul pudo escuchar mientras él huía de las llamas. Hay que destacar que la nave industrial está compuesta por tres plantas, pero que la planta superior no tiene fácil acceso, por lo que dificultó todavía más la salida de todas las personas que pudiera haber allí.
La nave llevaba 12 años ocupada por personas en situación de desamparo y, en la mayoría de casos, de origen subsahariano y que desconocen el idioma. Precisamente sobre este tema ha comentado el alcalde de la ciudad, Xavier García Albiol, que ha remarcado que la policía había tenido que intervenir en la zona en más de una ocasión por problemas de convivencia provocados por las personas que ocupaban el edificio. El Ayuntamiento ha denunciado en varias ocasiones que el edificio estaba en mal estado y han intentado desalojarlo en varias ocasiones, aunque sin éxito.
Sobre las causas del incendio, los cuerpos de seguridad todavía trabajan en determinar qué pudo suceder, aunque los primeros indicios que manejan apuntan a una vela como el posible desencadenante, una teoría no confirmada por los Mossos d'Esquadra.
Según estas informaciones, el edificio se quedó sin electricidad hace unos días y los habitantes habían encendido velas para iluminar y dar calor en la zona. Además, el edificio estaba lleno de cartones, sábanas y maderas para protegerse del frío, lo que facilitó una velocidad explosiva en la propagación de las llamas.