Tomás Gimeno se convirtió en el hombre más odiado del país desde el pasado mes de abril. Se llevó a sus dos hijas pequeñas con la intención de que su madre, Beatriz Zimmerman, no volviese a verlas jamás. Y cumplió su palabra, porque Olivia fue hallada en el fondo del océano dos meses después.
Pero el cuerpo de Tomás, que supuestamente se habría suicidado, y el de la niña pequeña, Anna, no han aparecido. El buque Ángeles Alvariño estuvo durante semanas trabajando, primero en la zona se halló a Olivia y luego varias millas mar adentro. Pero a pesar de sus esfuerzos, los cuerpos nunca llegaron a aparecer.
Ante la falta de evidencias y lo complicado de la búsqueda, la jueza decidió parar la búsqueda de forma definitiva. El capitán del buque había alertado que era casi imposible encontrar los cuerpos que faltaban. La zona era extremadamente irregular y el sónar y el robot acuático no podían trabajar bien.
De esta forma, el caso se dio por cerrado, aunque oficialmente seguirá abierto varios años más. Al no aparecer su cuerpo, las autoridades no pueden declarar su muerte. Por esa misma razón, la jueza mantuvo la orden internacional de busca y captura vigente.
Pero esto ha provocado que mucha gente no acabe de creerse la versión oficial de la Guardia Civil. Los agentes creen que Tomás se suicidó tirándose al agua a varias millas de distancia de donde se deshizo de las niñas. La jueza también da esta versión por buena y prácticamente no hay dudas sobre cómo ocurrió todo.
Aun así, las especulaciones van apareciendo día si, día también, en las redes sociales. Muchas personas creen que Tomás, considerado muy inteligente por los investigadores, urdió un plan para escapar con su hija Anna.
Algunos siguen creyendo que a "nadie le consta que haya asesinado a las hijas". E incluso atreven a teorizar sobre una posible implicación de la madre, Beatriz, y su pareja. Sin duda, acusaciones muy graves en un momento en el que la familia lo sigue pasando mal.
Todavía hay gente que cree que Tomás huyó
Según estas teorías, el padre de las niñas tenía pensando irse solamente con la pequeña, que por su edad, era más manipulable. Anna tenía solamente un año en el momento en que su padre se la llevó. Esto significa que, en poco tiempo, podría olvidar a su madre y a su hermana y no echarlas de menos.
Esto le permitiría a Tomás empezar una vida nueva con ella lejos de aquí. De hecho, la Guardia Civil llegó a considerar, al principio de la investigación, su fuga a África o Latinoamérica. El problema en este supuesto plan era Olivia, la hija mayor, de 6 años.
Olivia era lo suficientemente grande como para recordar toda su vida anterior, incluida su madre, Beatriz. En esta situación, el plan de Tomás podría no salir bien porque la niña podría acabar buscando ayuda para volver a ver a su familia.
Fue por ese motivo, según los que sostienen esta teoría, que acabó con su hija mayor. Además, la muerte de la mayor le serviría también para hacer creer al mundo que las mató a ambas. Al lanzar sus cuerpos al mar, que el de Anna no aparezca entra dentro de las probabilidades.
De esta forma, Tomás se aseguraría que todo el mundo les dé por muertos, tanto a él como a las dos niñas. Así se le dejaría de buscar y él podría empezar una nueva vida con Anna.
La madre de Anna y Olivia: 'El caso nunca estará cerrado'
La madre de las niñas, aunque dijo que creía que las niñas estaban muertas, también admitió que "el caso nunca va a estar cerrado". Su mayor miedo era que no apareciese el cuerpo de Tomás porque no quería vivir con miedo el resto de su vida. Con miedo de pensar que el verdugo de sus hijas podría estar vivo y volver a por ella.
El portavoz de la familia, Joaquín Amills, así lo ha confirmado en El programa de Ana Rosa. "Podemos estar convencidos de que Tomás acabó con su vida, pero no deja de ser una persona desaparecida", asegura.
Según explica Amills, hasta que Tomás y Anna no cumplan 110 años seguirán siendo personas desaparecidas. El caso no podrá cerrarse nunca, salvo que la jueza acabe declarando a ambos como personas fallecidas con el paso del tiempo.