Manuel Moreno mató a su ex novia Daría en octubre de 2017. La cortó en pedazos, la metió en el congelador, e hizo creer a todos que seguía viva. Ahora arranca el juicio en el que le piden 20 años de cárcel.
El juicio en la Audiencia Provincial de Madrid ha empezado con la declaración del presunto descuartizador. En ella ha defendido que el crimen fue en defensa propia, y ha explicado por qué cortó a su novia a trozos.
«La corté para meter su cuerpo en el arcón congelador porque no entraba y no soportaba verla muerta. Le corté los brazos y las piernas», ha declarado. El convivió 16 meses con el cuerpo troceado de su ex pareja en el arcón.
Los hechos tuvieron lugar en el piso que compartían Manuel y Daría en Alcalá de Henares. En el momento del crimen ya no eran pareja, pero seguían viviendo juntos por cuestiones económicas. Una discusión desencadenó el macabro asesinato.
'Lo hice en defensa propia'
La madrugada del 6 de octubre de 2016, ella llegó a casa después de su jornada laboral en un pub de la zona. Según Manuel, empezaron a discutir y ella intentó clavarle un cuchillo. Él se defendió y le acabó asestando dos puñaladas en la espalda.
Una versión ligeramente diferente a la que expone el ministerio fiscal. Según su relato, él le mordió en el antebrazo y le dio un puñetazo. Eso dejó a la víctima a merced de su atacante, que aprovechó para clavarle el cuchillo en la espalda hasta en dos ocasiones.
El acusado insiste en que lo hizo en defensa propia. Niega que sea un descuartizador y asegura que está en contra de la violencia de género. «Nunca le había puesto un dedo encima a mi mujer, y nunca le haría daño a un ser humano», alegó.
En su declaración explica que todo sucedió muy rápido y que se arrepiente de lo que hizo: «No fue un acto de maldad, lo siento y lo sentiré toda mi vida». Su versión sostiene que troceó a la joven simplemente para que entrara en el congelador.
Bajo el efecto de las drogas
Daría oliva tenía 22 años y era de origen ruso, adoptada por una familia española junto con sus dos hermanas. En 2014 conoció a Manuel, 20 años mayor que ella. La relación se fue deteriorando hasta que ella decidió poner punto y final.
Según la versión del acusado, el día de los hechos, discutieron por un dinero que Daría le había cogido sin permiso y por el desorden que había en el cuarto. Dice que si él no la hubiera matado, ella le hubiera matado a él.
Manuel asegura que fue ella quien le pegó en la cara y le mordió. «Me intentó clavar el cuchillo y se lo clavé yo volteándolo, fue por delante y no por detrás como se dice», ha explicado ante el jurado popular.
Tras el crimen, descuartizó a su ex en siete trozos con un hacha de cocina y los metió en un arcón frigorífico. Lo hizo según él «cuando el cuerpo ya estaba congelado para evitar el sangrado». Añade que lo hizo bajo los efectos del alcohol y las drogas.
Dice que consumió cocaína, hachís y marihuana. Tras el asesinato siguió consumiedo. Desde que entró en prisión provisional, en 2019, se encuentra en un programa de desintoxicación.
Un plan elaborado
El juicio está dejando al descubierto otros detalles del macabro suceso. Por ejemplo, que tras el crimen limpió la habitación con varios botes de sosa cáustica. Luego continuó con su vida normal y elaboró un maquiavélico plan para encubrir su fechoría.
Según la investigación, Manuel entró en sus perfiles de redes sociales para hacerse pasar por ella y que creyeran que seguía viva. Daría no tenía mucha relación con su familia, así que no la echaron de menos hasta un año después.
Mientras, el acusado subió a su perfil de Facebook el siguiente mensaje: «Haciendo varios cambios en mi vida. Si no vuelves a saber nada de mí, tú no eres uno de ellos». La madre adoptiva denunció su desaparición en diciembre de 2018.
En febrero de 2019, la policía efectuó un registro en la vivienda del sospechoso. Fue entonces cuando encontraron los trozos de la víctima pegados en las paredes del congelador. Encima había ambientadores e incienso.
La Fiscalía pide para Manuel Moreno 20 años de cárcel por asesinato, profanación de cadáveres y estafa. También una indemnización de 240.000 euros y 7.000 por cada hermana.