La irrupción de la pandemia de covid-19 fue absolutamente inesperada para toda la población del planeta, sobre la cual ha tenido consecuencias irreparables este nuevo coronavirus, con millones de personas fallecidas y muchos más infectados. También lo fue para el mundo de la ciencia y la investigación, que día a día; semana a semana, ha ido desarrollando su conocimiento sobre el virus de covid-19, sus características y sus posibles secuelas. No hay duda, pues, de que el covid-19 ha supuesto un cambio importante para la investigación y el desarrollo en materia sanitaria en nuestro planeta, saltando a la primera fila de su orden de prioridades.
Un virus cada día más conocido por la ciencia
Fruto de esta priorización, hemos podido ver auténticos hitos en relación con la ciencia: el más evidente, el desarrollo de las vacunas en pocos meses. Recordemos que, si la pandemia llegó al mundo en enero de 2020 y a Occidente en marzo, aproximadamente, era a mediados de diciembre del mismo año cuando los primeros antídotos habían superado ya las primeras fases de pruebas y análisis y comenzaban a aplicarse. En España era Araceli, una mujer de 96 años interna en la residencia Los Olmos de Guadalajara, quien estrenaba el proceso de vacunación la mañana del 27 de diciembre de 2020.
Pero el avance científico no se limita tan solo al desarrollo de vacunas, sino que se sigue investigando acerca de qué características definen el coronavirus y, sobre todo, qué secuelas se desarrollan a partir de la infección y en función de qué se producen en algunos de los pacientes infectados. Poco a poco vamos conociendo más a fondo detalles que son fundamentales para conocer el covid-19 y sus posibles consecuencias, un conocimiento clave para evitar al máximo no tan solo los contagios, sino también las complicaciones que puedan surgir de las infecciones.
Las consecuencias neurológicas del covid-19 en niños
Hace unos días, salía a la luz un nuevo estudio acerca de esta cuestión. Lo publicaba la revista 'The Lancet' y es la mayor investigación, hasta la fecha, sobre cómo se reproducte el covid-19 en el sistema nervioso central en niños. Una de sus autoras era Susan Palasis, del Hospital Infantil Ann & Robert H. Lurie de Chicago y profesora asociada de Radiología de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, en Estados Unidos. En el estudio, se analizó un gran número de casos de covid-19 en niños de forma simultánea para identificar patrones comunes de neuroimagen que permitieran sacar conclusiones sobre qué ocurre en sus sistemas nerviosos centrales tras contraer el virus.
Uno de los síntomas que se observó fue un realce anormal de las raíces nerviosas de la columna vertebral: se trata del síndrome de Guillain-Barré, una de las dolencias que pueden reproducirse en niños asociada al covid-19. También se detectó con cierta frecuencia un realce del nervio craneal, que según el estudio también podría venir provocado por una infección por coronavirus. La inflamación muscular o la anormalidad de una parte del cerebro llamada rodete del cuerpo calloso son otras de las afecciones detectadas en base a esta investigación.
Finalmente, otra de las posibles consecuencias de la infección de covid-19 en niños es la mielitis, una enfermedad que produce la desmielinización de la médula espinal y que, en algunos casos pocos frecuentes, puede tener consecuencias muy graves, como la tetraplejia, caso que se ha dado en uno de los menores que han participado del estudio, según se refleja en 'The Lancet'. La ciencia, pues, sigue avanzando en la investigación del covid-19 y sus rastreos son fundamentales para analizar las consecuencias que puede acarrear en forma de síntomas, también por lo que a los niños se refiere, con especial atención al plano neurológico donde, como hemos visto, cabe prestar especial atención.