El pasado 5 de enero, en el Hospital Infantil de Belfast, en Irlanda del norte, murió Shania McAshees, una niña de 11 años con una enfermedad que le obligaba a estar conectada a un respirador. Finalmente, el corazón de la niña se paró, pero antes Shania se convirtió en una heroína en su país por el gesto heroico de salvar la vida de cuatro personas.
Shania llevaba días intubada, conectada a una máquina de soporte vital. Falleció rodeada de su familia, que antes del fatal desenlace tomó la decisión de donar los órganos de la niña. Gracias a este gesto, su trágica muerte ha salvado la vida de cuatro personas.
Fueron momentos muy duros porque Shania, muy enferma, llevaba días luchando por su vida hasta que los médicos comunicaron a la familia que el final era inevitable. Su madre Bronagh y su hermana mayor Danielle estuvieron a su lado en todo momento y, cuando los médicos dieron la mala noticia, tomaron la decisión más difícil.
Danielle, madre de tres hijos, ha iniciado una campaña para recaudar fondos en beneficio de la salud mental infantil. Su intención es que «otros niños no tengan que pasar por lo que pasamos nosotros». En la publicación de Facebook donde recauda dinero para la organización Young Minds, se puede leer: «Shania siempre estará en nuestros corazones. Era una persona alegre, llena de amor».
El objetivo de la iniciativa era llegar a las 6.000 libras (unos 6.800 euros), y en una semana más de 300 personas han aportado el equivalente a 6.200 euros. La respuesta de la gente tras conocer la historia de Shania habla por sí sola. Además, la familia ha organizado una caminata benéfica para recaudar fondos para «Stairway to Heaven». Este es un proyecto de la misma organización benéfica para conmemorar el que hubiera sido el 12 cumpleaños de la niña, el próximo 9 de mayo.
Amante de los animales y aficionada al Tik Tok
A Shania le gustaba cantar y bailar. Solía colgar sus vídeos en la plataforma Tik Tok, y además le encantaba pasar el rato con sus sobrinos Cormac i Hair. Su madre la describe como «una niña con un carácter entrañable, llena de amor y siempre cuidando a los que estaban alrededor de ella». Su hermana Danielle asegura que «guardará cada foto suya como un tesoro, será un recuerdo de lo que hemos vivido durante 11 años, ella era mi hermanita».
Su madre y su hermana también recuerdan que Shania era el corazón de su barrio, muy querida por todos los vecinos y los niños del vecindario. «Todos tienen algún recuerdo de ella», asegura su hermana, que explica que Shania era una gran amante de los animales y a veces hacía de voluntaria para ayuda al centro veterinario de su barrio.
La comunidad de vecinos de Shania McAshee estaba consternada tras conocer la triste noticia del deceso de la menor. A pesar de conocer el estado en el que se encontraba, confiaban en la fortaleza y vitalidad de la niña para que se recuperara. El funeral de celebró cuatro días después de su muerte, aunque en pequeño comité por la normas anti-Covid.
La donación de órganos salva millones de vidas
La donación de órganos es una práctica cada vez más extendida que consigue salvar millones de vidas cada año en el mundo. Según los médicos, los órganos de una persona donante pueden ayudar a salvar a otras 50 personas, ya que se donan desde los órganos internos hasta la piel, la médula ósea y la córnea oculta. La mayoría de las donaciones de órganos y tejidos ocurren cuando el donante fallece, aunque algunos pueden ser donados en vida.
Pueden donar órganos personas de todas las edades y orígenes, aunque en el caso de los menores de edad debe ser autorizado por sus progenitores o su tutor legal. Los mayores de 18 años pueden indicar su deseo de ser donante firmando un documento o expresando su deseo a la familia antes de fallecer.