Sergey Protosenya es el multimillonario ruso que el martes apareció ahorcado junto a los cadáveres de su mujer y su hija en Lloret de Mar (Girona). La primera hipótesis apuntaba a un doble crimen machista con posterior suicidio. Pero con el paso de las horas aparecen nuevos elementos que siembran la duda.
Sergey Protosenya era directivo de la empresa Novatek que gestiona el gas ruso, y poseía una fortuna de 400 millones de euros. Él y su familia aparecieron muertos en un chalé de lujo de la costa catalana. La primera pregunta que se hizo la policía es qué le llevó a cometer semejante barbaridad.
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Su mujer Nataliya, de 53 años, y su hija de 15 fueron asesinadas a hachazos mientras dormían. Él, un hombre de 55 años, apareció ahorcado en la barandilla de unas escaleras en el jardín. Los Mossos d’Esquadra investigan ahora si podría tratarse de un crimen mafioso enmascarado.
El magnate ruso Sergey Protosenya
Sergey Protosenya es un prestigioso magnate ruso que ostentaba un alto cargo en una importante compañía nacional. Se trata de Novatek, una empresa rusa encargada de la distribución del gas a otras partes del mundo. Protosenya, ingeniero de profesión, estaba en el consejo de administración de Novatek.
Él, su mujer y sus dos hijos (un joven y una adolescente) vivían en Francia pero tenían una casa en Lloret. Esta Semana Santa, el matrimonio y su hija viajaron hasta la costa catalana para las vacaciones. El otro hijo se quedó en Francia, y de hecho fue él quien dio la voz de alarma al no poder contactar con ellos.
El lunes habló con ellos por última vez, pero el martes no había forma de contactar con ellos así que llamó a la policía. Cuando los agentes entraron en el chalé encontraron la dramática escena. En una habitación estaban la madre y la hija muertas, mientras que el hombre se había colgado en el jardín.
Una vida de lujo
Sergey y su familia llevaban una vida de lujo que además mostraban sin pudor a través de las redes sociales. Viajes a todo tren, partidos de golf, restaurantes de lujo y ropa cara que el resto de los mortales ni podrían soñar. ¿Qué le llevó entonces a cometer esta locura y cargárselo todo de un plumazo?
Según la investigación policial no había denuncias previas por maltrato contra el magnate ruso. Sin embargo, la escena apuntaba claramente a un crimen machista. Sergey habría matado a su mujer y a sus hijas con un cuchillo y un hacha, y luego se habría suicidado colgándose en el jardín.
No sería la primera vez que un hombre de su estatus social comete semejante barbaridad. En Francia, sin ir más lejos, el aristócrata Xavier Dupont de Ligonnès mató a su mujer y a sus cuatro hijos por la noche y luego desapareció. Sin embargo, en aquel caso se reveló que el asesino estaba arruinado.
Hay cosas que no cuadran
En el lugar del crimen no había ninguna nota de suicidio, y la policía está investigando las llamadas y los mensajes de los teléfonos de la familia. La violencia de género sigue siendo la principal hipótesis de los investigadores. Pero hay algo ocurrido el mismo día a miles de kilómetros que sugiere otra versión.
Otro magnate vinculado al negocio del gas apareció muerto junto a los cadáveres de su mujer y su hija en las mismas circunstancias. Ocurrió en Moscú, en un escenario calcado al que los Mossos se encontraron en el chalé de Lloret. Eso abre la posibilidad de un crimen mafioso encubierto.
Hay otro detalle que llamó la atención de los expertos: a pesar del brutal asesinato de la madre y la hija, el hombre no llevaba manchas de sangre. Además, en el suelo había un calcetín manchado de sangre. Presumiblemente se lo puso el homicida a modo de guantes para no dejar huellas en el arma.
La investigación sigue en marcha
En el lugar del crimen hallaron también el cuchillo y el hacha con el que presuntamente se habían cometido los crímenes. Los dos objetos y el calcetín se han enviado a analizar para ver si tienen algún resto de ADN. También están revisando las cámaras de seguridad para ver si alguien más entró en la finca.
Las autopsias de los cuerpos y la declaración del hijo superviviente ayudarán a arrojar luz a este caso tan extraño. Ayer hubo concentraciones en Lloret de Mar contra la lacra de la violencia machista. De confirmarse, Nataliya y su hija serían las víctimas número 12 y 13 de la violencia de género en España.
En el caso de Moscú, el magnate ruso de 51 años Vladislav Avayev apareció muerto con una pistola en la mano. Su mujer, Yelena, y su hija de 13 años aparecieron muertas a tiros en el mismo apartamento de la capital rusa. Avayev había sido accionista de Novatek y alto funcionario del gobierno ruso.