Varias personas esperan en la puerta de un oficina de empleo

Aclaran si se podrán cobrar las ayudas y el paro el mes que viene con el ataque en el SEPE

El ciberataque podría dejar el servicio colgado entre dos y tres semanas, poniendo en riesgo algunos trámites

Los servicios informáticos del Servicio Público Estatal de Empleo (SEPE) siguen trabajando a contrarreloj para restablecer el sistema. Pero no será fácil. Tras el ciberataque sufrido ayer por la mañana, la administración reconoce que se tardará por lo menos una semana en detectar por dónde ha entrado el virus y solucionarlo.

Debido a este ciberataque que ha hecho caer el sistema informático, las casi 800 oficinas del SEPE en toda España han tenido que interrumpir su actividad. La preocupación se centra ahora en cómo afectará este parón a las prestaciones por desempleo y los ERTE.

Por el momento, las direcciones provinciales están informando a sus empleados de que el problema se puede alargar por lo menos una semana «tirando corto». A fecha de hoy, el servicio sigue sin estar operativo, la web del SEPE no funciona y los trabajadores no pueden tramitar las prestaciones por desempleo y los ERTE. 

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Según trabajadores del SEPE, «todo el trabajo que no hemos podido hacer hoy a nivel nacional, podríamos repartirlo en lo que queda de mes para poder tramitar a tiempo las nuevas prestaciones, pero si el problema se alarga, no se va a poder abonar el 100% de las nuevas prestaciones el mes que viene».

Los expertos en ciberseguridad aseguran que este tipo de virus pueden dejar inutilizado el servicio entre dos y tres semanas. Así ha ocurrido en empresas que han sufrido ataques similares. Los trabajadores del SEPE han recibido una serie de indicaciones para que el problema no sea mayor, como hacer inventario de los equipos dañados.

Se les ha advertido que no hagan copias de ficheros ni intenten mantener los ordenadores encendidos más tiempo del necesario para comprobar si están infectados. El problema se añade a la acumulación de solicitudes de paro y ERTE a raíz de la crisis, y del colapso de la administración por la tramitación del ingreso mínimo y las bajas laborales por Covid-19.

Golpe definitivo a un servicio colapsado 

El director general del SEPE, Gerardo Gutiérrez, asegura que las prestaciones se están abonando con normalidad y se seguirán pagando en las próximas semanas. Pero el incidente ha sido el golpe definitivo para una plantilla agotada y bajo mínimo que lleva tiempo pidiendo refuerzos y más inversión en el sector.

Los trabajadores creen que si el problema informático se alarga muchos días más, podría peligrar el pago de algunas prestaciones para el mes de viene. Además del volumen de trabajo acumulado, el SEPE venía ya de una situación crítica por la falta de personal y por el atraso de sus equipos informáticos que, de media, tienen 35 años.

El servicio está tan al límite que se están dando citas previas a tres meses vista en algunas ciudades de España. Los trabajadores piden al ministerio de Trabajo poder trabajar también en horario de tarde para poder sacar adelante los expedientes. Por ahora, el departamento que dirige Yolanda Díaz ha rechazado esta petición.

Así es Ryuk, el virus que ha afectado al SEPE 

El virus que ha hecho caer el sistema informático del SEPE es el peor que puede recibir una empresa. Se trata de un «ransomware», un virus que secuestra los ordenadores para pedir un rescate a cambio. En estos casos, los hackers piden de media 111.605 euros para desbloquear el sistema.

El ataque secuestra el disco duro de los ordenadores impidiendo su normal funcionamiento. En el caso del ciberataque al SEPE, el virus se ha bautizado como Ryuk. Normalmente se origina por el error de un empleado que abre un archivo infectado. A partir de ahí se infectan los ordenadores y se cifra la información para pedir un rescate, aunque de momento el SEPE no ha recibido ninguna petición de pago.

Normalmente se pide un pago en moneda virtual, en bitcoins, porque no deja rastro. Ryuk ha afectado ya a decenas de empresas desde que apareció por primera vez en verano de 2018. A mediados de 2019 se vieron afectadas un gran número de empresas españolas.