La localidad gaditana de San Roque sigue completamente conmocionada por el asesinato de María Isabel, víctima de un nuevo crimen machista en nuestro país.
Los vecinos del pueblo, allegados y clientes de la víctima, que trabajaba en un conocido bar de la zona, se han sumado a la indignación por el asesinato de la mujer.
La víctima tenía tres hijos de 7, 8 y 16 años que ahora han quedado huérfanos y una gran familia que hoy llora de dolor, rabia e impotencia.
"Mi niña, mi niña", repite una y otra vez Ana, la madre de María Isabel, a la puerta de los juzgados de San Roque, según recoge el diario Nius.
La madre de María Isabel pide leyes más duras para los casos de violencia machista
Tras declarar frente al juez que lleva el caso, la mujer ha esperado acompañada de su familia para observar la salida del presunto asesino de su hija, su expareja.
El hombre ya ha confesado la autoría del crimen y el Juzgado de Violencia sobre la Mujer ha ordenado su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Había sido detenido por la Guardia Civil cuando intentaba lanzarse al vacío desde una planta alta del hospital de Los Barrios.
Los agentes habían desplazado varias unidades tras recibir la alerta por parte de la cuñada del presunto autor de los hechos, que había llamado a su hermano tras cometer el crimen. Le dijo que acababa de acuchillar a su expareja y que se iba a suicidar.
Ahora, la familia de la víctima solo espera que recaiga sobre el culpable todo el peso de la ley. Aunque insisten en que la justicia es muy laxa con los casos de machismo y piden a los políticos que endurezcan las leyes.
"Yo quiero que pongan duras las leyes", señala la madre de María Isabel sin poder contener las lágrimas y derrumbándose ante las cámaras tras pensar en sus nietos. "Esas criaturas sin su madre…", señala al diario Nius.
Y es que el caso de esta mujer de 37 años pone de manifiesto la necesidad de reforzar la protección sobre las víctimas de violencia de género.
María Isabel estaba siendo perseguida y acosada por su expareja desde la ruptura
María Isabel acababa de romper con su presunto asesino hacía tan solo tres semanas y, desde entonces, estaba siendo acosada y perseguida por él.
"La seguía a todas partes hasta que la cogió sola y la mató. La cogería de espaldas, porque si la coge de frente a lo mejor se defiende", señala la madre de la víctima al diario Nius.
Nada ni nadie pudo evitar el trágico final de la mujer, pero muchas personas de su entorno sabían el riesgo que corría y algunos vecinos ya se temían lo peor.
Este es el caso de Ana, la exmujer del presunto asesino y vecina de la localidad San Roque. Ella estuvo casada con él durante diez años y era muy consciente de la peligrosidad del autor confeso del crimen. Incluso llegó a interponer contra él dos denuncias por agresiones.
"Se veía venir y nadie me creía, nadie me escuchaba. Era muy peligroso. Nadie me escuchó. Yo le puse dos denuncias. Una porque me empujó y amenazó de muerte y la otra porque me pegó en el colegio, delante de mi hija", relata la mujer al diario EuropaSur.
Como le sucede a muchas víctimas de la violencia machista, Ana fue estigmatizada y recibió el rechazo de muchas personas que no le creyeron.
"Hace un mes y medio fui a la Guardia Civil porque veía un comportamiento agresivo. Nadie me escuchó. Todo el mundo creía que yo le quería denunciar para meterle en la cárcel. No tenía que haber pasado esto. Avisé incluso a María Isabel", lamenta esta vecina de San Roque.