Montaje con foto de Sebastián Ramírez

Sebastián, el joven de 31 años que ha muerto atacado por un elefante: 'era su pasión'

Era biólogo y estaba realizando una investigación cuando fue atacado por el paquidermo

El joven biólogo colombiano Sebastián Ramírez Amaya murió el pasado domingo víctima de un elefante. Este amante de la naturaleza se encontraba en el Parque Nacional de Kibale, en Uganda, cuando sufrió el ataque del animal. Es el primer accidente de este tipo que recuerdan en la zona. 

Sebastián era investigador de la Universidad de Arizona (Estados Unidos) y había viajado hasta Uganda por trabajo. Estaba junto a un asistente realizando labores de investigación cuando se vieron sorprendidos por el elefante. Según las autoridades del país, el biólogo murió pisoteado por el paquidermo.

La noticia ha causado una gran consternación en el país de origen del fallecido y en todo su entorno. “El único consuelo que nos queda es que te fuiste haciendo lo que más te gusta”, escribió uno de sus colegas a modo de despedida. El cuerpo del investigador fue trasladado a la capital, donde será incinerado.

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Quedó a merced del elefante

Según ha informado la Autoridad para la Vida Salvaje (UWA) de Uganda, Ramírez murió en el ataque de un elefante. Él y su asistente, radicados en la estación de Ngogo, llevaban a cabo “actividades de investigación de rutina dentro del bosque”. De pronto, “se toparon con un elefante solitario que cargó contra ellos”.

Foto de Sebastián Ramírez
Sebastián Ramírez, el biólogo fallecido en Uganda | Cedida

Según la autoridad, los dos arrancaron a correr y el elefante persiguió a Sebastián hasta alcanzarlo. El joven biólogo quedó a merced del animal y fue pisoteado hasta la muerte. “No hemos sido testigos de un incidente de este tipo en los últimos cincuenta años”, afirman los responsables del parque nacional.

Sebastián llevaba un año viviendo en Uganda y estaba a cargo de una investigación sobre los gorilas. Las autoridades del parque han transmitido sus condolencias a la familia y a los amigos del fallecido. Aunque hay una investigación abierta por protocolo, todo apunta a un desafortunado accidente.

El cuerpo será incinerado

El cuerpo del investigador fue llevado hasta la capital, Kampala, donde será incinerado para poder volver a su país. Un hermano suyo ha viajado hasta el país africano para hacerse cargo de sus restos. Según afirma, repatriar un cuerpo es muy difícil y por eso han decidido incinerarlo y llevarlo de vuelta a Colombia.

Un elefante adulto y una cría en el Parque de Cabárceno
La víctima murió pisoteada por un elefante | Gobierno de Cantabria

Esta es la segunda muerte de estas características en lo que va de año en Uganda. En enero, un turista de Arabia Saudí murió atacado por un elefante durante un safari en el parque de Murichon Falls. El lugar donde ha muerto Sebastián ocupa una superficie de 321 kilómetros cuadrados.

Se trata de un lugar privilegiado para la observación de los primates, en especial los chimpancés. Hay una población de 1.500 ejemplares de estos mamíferos, que comparten espacio con otros animales como elefantes, antílopes y centenares de especies de aves. Ahí es donde encontró la muerte Sebastián.

Un ser muy especial 

Sebastián Ramírez Ayala tenía 31 años y se licenció en Biología por la Universidad de los Andes, en Colombia. Estaba realizando un doctorado en Arizona y desde hacía un año hacía prácticas en el país africano. Allí observaba el comportamiento de los monos aulladores, en los que había centrado su investigación.

Su familia asegura que el joven sentía pasión por los animales, y que la naturaleza era su vida. “Sebas se fue de la vida en el mundo que amo”, dice su tío Juan Mauricio, “en ese mundo de los animales”. “Se fue de la vida en el continente africano que es como el gran reino de los animales”, añade.

Foto de Sebastián Ramírez
Los compañeros lloran la muerte de Sebastián Ramírez | Cedida

Miguel, compañero de investigación de los chimpancés junto a Sebastián, está devastado por la tragedia. “Te fuiste de repente, jamás volveremos a escuchar tu risa ni a disfrutar de tu cálido abrazo”, comentó. Con él desaparece un gran científico, “un ser luminoso, muy especial, como una sonrisa de Dios”.  

La Asociación Primatológica de Colombia se ha hecho eco de la noticia, elogiando la dimensión profesional del fallecido. “Siempre recordaremos al hijo, al hermano, amigo y confidente que con una gran sonrisa nos enseñó que todo se logra con esfuerzo y ganas”. En su universidad le preparan un homenaje.