La Guardia Civil está convencida de encontrarse en la recta final de la investigación más complicada que se recuerda en los últimos años. Ayer recogieron varias muestras de la vivienda del sospechoso y las mandaron al laboratorio para analizar. Su resultado podría desencallar definitivamente el caso.
Óscar, amigo de Esther López y el último que la vio con vida, está en el foco desde hace semanas. La joven de 35 años desapareció en Traspinedo (Valladolid) la madrugada del 13 de enero, y apareció muerta el 5 de febrero. La autopsia reveló que murió aquella misma noche a causa de un atropello.
Desde entonces, la Guardia Civil busca a la persona que atropelló mortalmente a Esther y la abandonó en una cuneta. Por ahora lo único que tienen son indicios, y por eso Óscar sigue en calidad de investigado hasta que no haya pruebas más sólidas. Estas son las 5 incógnitas que quedan por resolver.
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1. ¿Movieron el cadáver?
El cadáver de Esther López fue hallado el 5 de febrero en una cuneta cerca de donde había desaparecido. La autopsia reveló que las lesiones eran compatibles con un arrollamiento violento, ya fuera accidental o voluntario. También reveló que la muerte no fue instantánea, y ahí puede estar una de las claves.
La Guardia Civil contempla la posibilidad de que la muerte se produjera en otro punto y el cadáver fuera movido de sitio. Esto sería avalado por la ausencia de marcas de frenada en el lugar donde hallaron el cuerpo. La investigación tendrá que revelar entre otras cosas dónde se produjo el accidente y qué pasó después.
La Guardia Civil está revisando a fondo el coche de Óscar, pieza por pieza, en busca de posibles rastros de ADN. Saben que el sospechoso lo lavó varias veces, lo cual indica que podría querer ocultar algo. El otro foco está en el chalé de Óscar, donde han estado buscando pruebas desde el domingo.
2. ¿Dónde estuvo 23 días?
Los forenses establecieron la fecha aproximada de la muerte el 13 de enero, la madrugada en la que desapareció. Concretamente entre las dos y las nueve de la mañana, un período de tiempo en el que estuvo con sus amigos Óscar y Carolo. Los tres fueron en coche hasta el restaurante La Maña, donde se bajó Carolo.
Lo que sucedió a partir de ahí entre Óscar y Esther sigue siendo un misterio, alimentado por las contradicciones en las que ha incurrido el joven. Según dijo, a las tres de la madrugada dejó a su amiga en el cruce y se fue a dormir. Estos días han estado registrando su chalé para saber si la joven llegó a estar allí.
Una de las posibles hipótesis es que el sospechoso ocultara el cadáver allí de forma temporal, y luego lo abandonara en la cuneta. Esto explicaría el buen estado de conservación del cadáver, a pesar del tiempo transcurrido. Los rastros de ADN hallados ayer pueden ser clave para esta línea.
3. Lo extraño de la ubicación
El lugar donde apareció el cadáver de Esther ya llamó poderosamente la atención durante la inspección ocular. Durante 23 días se llevaron a cabo intensas batidas policiales con la ayuda de voluntarios en la zona. No encontraron nada, hasta que de pronto apareció el cuerpo en sospechoso buen estado.
Los vecinos aseguran que es imposible que el cuerpo estuviera allí todo ese tiempo sin que nadie lo viera. Se trata de la única carretera de acceso al pueblo y por lo tanto una vía muy transitada. La única explicación sería la nula visibilidad que hay desde el asfalto hasta el desnivel donde estaba el cuerpo.
Sin embargo, la posición del cuerpo hace imposible que llegara hasta allí rodando y hace pensar más bien en que fue colocado. Estaba con la cara sobre la tierra. uno de los brazos estirado a lo largo del cuerpo y el otro debajo. Alguien la dejó cuidadosamente allí, y eso sugiere que fue alguien conocido.
4. ¿Accidental o intencionado?
La Guardia Civil no descarta ninguna hipótesis por ahora, aunque todo parece indicar que fue un hecho accidental. Todos los indicios llevan a pensar en un “fatídico accidente, una negligencia que los responsables quisieron tapar”. El atropello podría haber venido dado, por ejemplo, por el consumo de alcohol.
El cuerpo de Esther no muestra signos de violencia más allá del fuerte golpe en la cadera, compatible con el atropello mortal. No hay signos de estrangulamiento ni de agresión sexual, ni tampoco fue golpeada. Los investigadores se inclinan por la teoría de un atropello involuntario con ocultación de cadáver.
Aquella noche habían estado bebiendo en varios bares del pueblo, lo cual refuerza la idea de que el conductor fuera bebido. Si se acaba descubriendo, el autor o autores podrían ser acusados no solo de homicidio imprudente, sino también de ocultación de pruebas. También por omisión de auxilio.
5. ¿Quién fue?
Esta es la gran incógnita que la policía está intentando resolver desde hace semanas. En un primer momento sospecharon de Ramón, un vecino de la zona que conocía a Esther y que fue delatado por otra persona. Tras registrar varias veces sus propiedades, descartaron su implicación.
La investigación se centró entonces en Óscar y Carolo, los dos amigos con los que estuvo la víctima antes de desaparecer. Tras ser investigado, Carolo se cayó de la lista de sospechosos. Desde hace semanas el principal sospechoso es Óscar, aunque de momento no tienen pruebas concluyentes.
Los próximos días serán claves para avanzar en la investigación o cerrar el caso por falta de pruebas. La presión social para conocer lo que sucedió está sirviendo de aliento para acelerar en la obtención de pruebas. Los resultados del laboratorio científico podría arrojar luz a un caso que por ahora sigue a oscuras.