Las informaciones vinculadas al virus provienen del esfuerzo en investigación que realiza la comunidad científica para proveer de respuestas al mundo. La última está vinculada con la cantidad de dosis que se puede obtener por vacuna suministrada, una polémica que trae cola por las diferentes valoraciones entre Pfizer y el gobierno español.
En un primer momento la compañía en investigación biomédica aseguró que de cada vial de su vacuna se podían sacar cinco dosis, luego extendió esta cifra hasta las seis. Esta cita obtuvo el respaldo de la Agencia Europea del Medicamento, por lo que los hospitales españoles tuvieron que adquirir jeringas específicas para esta extracción, con un calibre que no es el usual.
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Este dato da a entender que previa a esta adquisición en los centros sanitarios, se desaprovechaban algunas dosis adquiridas. Ante esta situación se agudiza el ingenio, y es lo que han hecho dos enfermeras valencianas que han conseguido obtener siete dosis de cada vial de Pfizer. Lo curioso de la medida es que el ministerio de Sanidad ha dado su visto bueno a que se saquen más dosis que las sugeridas por la EMA.
Un ahorro en la adquisición de vacunas
El motivo por el que es posible este ahorro a la hora de dispensar los viales se consigue a través de una técnica muy minuciosa y aprovechando el líquido extra. Desde la Agencia Española del Medicamento se ha comentado a 'Nius' que el «sobrellenado es una práctica habitual en este tipo de presentaciones farmacéuticas».
Se realiza de esta manera para garantizar que se puedan extraer de manera segura las dosis que figuran recogidas en la ficha técnica, atendiendo al pretexto de que más vale que sobre que no que falte. En este caso la ficha especifica que se extraigan seis dosis utilizando las jeringas de bajo volumen.
La base argumental de la AEMPS sugiere que «se puede utilizar una séptima dosis si se garantiza que se consigue obtener la dosis indicada, de 0,3ml, y siguiendo las indicaciones de administración específicas en la ficha técnica». Por lo que si se saca la cantidad mencionada sin añadir ningún tipo de compuesto químico, se pueden retirar aquellas dosis posibles. El hecho de que no esté hecho recogido en la ficha técnica no implica de por sí una ilegalidad.
¿Cómo se descubrió este proceso?
El personal sanitario logró descubrir este pequeño truco cuando calcularon las dosis necesarias. Ante la lentitud del suministro, y el peligro de que no llegaran las inyecciones para el personal sanitario comenzaron a investigar.
El vial suministrado por Pfizer es de 0,45 mililitros a los que se les debe añadir 1,8 milímetros de suero fisiológico, por lo que el total resulta en 2,25 ml, de los que se extraen las dosis pertinentes. Por ello, el contenido restante era de 0,45 mililitros, una cuantía que posibilitaba la administración de una inyección más.
«Esto surge de trabajar para descubrir cómo aprovechar al máximo los viales» comenta Ana Sola, la enfermera valenciana al medio citado. A este oro líquido se refiere la sanitaria en un proceso que ha llevado semanas depurar, para certificar que era posible una séptima dosis.
La jeringa utilizada para llevar a cabo este minucioso proceso es la 25G, la misma que se emplea en la jeringa de insulina. Lo peculiar de este instrumento médico es que es mucho más pequeña, por lo que no permite espacio muerto y tiene una precisión mayor.
Este proceso no se aplica a la vacuna de Moderna, ya que las diez dosis que se retiran de cada vial ya vienen diluidas en suero, por lo que la única acción que se lleva a cabo es la inyección. Tras la aprobación de la AEMPS el único objeto necesario para utilizar esta técnica es la aguja pertinente, por lo que España podría adelantar, aunque fuera de forma leve, su ritmo de vacunación.