La portavoz del gobierno de La Rioja, Sara Alba, ha informado este miércoles, 17 de febrero, después de celebrarse el Consejo de Gobierno, que la región iniciará su proceso de desescalada el próximo lunes, 22 de febrero, con la suavización de algunas restricciones que llevan varias semanas vigentes para doblegar la curva de contagios de la tercera ola.
La mejoría de la mayoría de indicadores de la pandemia, aunque no todos, permitirá avanzar ligeramente en la suavización de las restricciones, aunque el ejecutivo regional todavía está muy preocupado por el alto nivel de ocupación de las UCI, superior al 60% en la región según los datos que maneja el Ministerio de Sanidad.
Desde el próximo lunes, 22 de febrero, La Rioja entrará en el nivel 4 de alerta del nuevo 'semáforo' de la región, por lo que se eliminará el confinamiento perimetral de todos sus municipios, aunque mantendrá el confinamiento de la región. Así, los ciudadanos podrán circular con libertad dentro del territorio riojano.
Además, La Rioja reabrirá algunos de los sectores que han tenido que cerrar durante estas últimas semanas. El comercio podrá volver a abrir, pero con un tercio del aforo máximo permitido, mientras que los locales de hostelería y restauración también podrán abrir con aforos del 30% en el interior y del 75% en el caso de las terrazas. El consumo en barra seguirá prohibido.
Nuevo sistema 'semáforo' de restricciones
Este miércoles queda aprobado también el nuevo 'semáforo' de restricciones que se utilizará en La Rioja como sistema para controlar la incidencia del coronavirus, estableciendo unos niveles o umbrales de incidencia y unas restricciones que se aplicarán cuando se superen.
La intención es que este sistema, parecido al que ya está vigente en el País Vasco y Canarias, ayude a anticiparse a las nuevas olas de Covid-19, tomando medidas preventivas que eviten la propagación descontrolada del virus.
En el caso de La Rioja, el semáforo funcionará a nivel municipal. Es decir, cuando una localidad supere uno de los umbrales marcados, empezarán a aplicarse en ella una serie de restricciones concretas y marcadas previamente.
El gobierno riojano ha explicado que este sistema busca «seguir conviviendo con el coronavirus» y permitir un mayor equilibrio entre la pandemia, la situación sanitaria, el ámbito social y la economía.
Concha Andreu, presidenta de la región, ha explicado que las medidas que se han tomado durante esta tercera ola están funcionando para bajar la mayoría de indicadores. La reducción de la movilidad y las limitaciones de reuniones sociales se han mostrado como las medidas más eficaces, por lo que la idea ahora es marcar claramente unos niveles para aplicar estas restricciones sin esperar a que la transmisión aumente en exceso.
Andreu ha indicado que «no debemos bajar la guardia», porque aunque la incidencia y los nuevos casos hayan bajado en La Rioja, la situación en los hospitales sigue siendo muy complicada.
Este sistema será similar al que ya se utiliza en el País Vasco desde hace semanas, lo que ha evitado que la tercera ola se descontrole tanto en esta región, quedándose como una de las que ha tenido el pico de incidencia más bajo de entre todas las autonomías. En Canarias, el sistema se aplica desde el verano, lo que ha evitado que ninguna de las islas haya superado nunca los 300 casos de incidencia.
El Consejo de Gobierno todavía tiene que decidir qué umbrales se establecen para cada nivel de alerta, y qué medidas se aplican en cada uno de ellos, pero sí que han avanzado que se utilizarán los niveles de incidencia a 7 y 14 días para fijarlas.
En Euskadi, por ejemplo, los niveles los marca la incidencia acumulada en poblaciones de más de 5.000 habitantes: nivel verde (hasta 60 casos), amarillo (de 60 a 299), naranja (de 300 a 499), y rojo (más de 500), por lo que La Rioja podría establecer unos umbrales similares.