La advertencia de Fernando Simón es clara: el coronavirus sigue circulando y nos encontramos en un momento clave para la evolución de la pandemia. El aumento de los rebrotes preocupa, pero mientras puedan mantenerse bajo control Sanidad entiende que son asumibles y quiere evitar a toda costa volver al confinamiento. La palabra maldita.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, tranquiliza a los españoles diciendo que no se contemplan confinamientos. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, confirma que confinarse sería un error.
La estrategia del Gobierno es clara: evitar un nuevo cierre total del país con las consecuencias sociales y económicas que conlleva. Sin embargo es consciente que los rebrotes son inevitables y mientras no haya una vacuna o un tratamiento eficaz, ha diseñado un plan de respuesta temprana que ayer presentó a las comunidades autónomas.
El plan del ministerio de Sanidad incluye tres posibles escenarios de dispersión creciente del virus en los que el Gobierno irá ganando peso en las decisiones frente a las autonomías hasta llegar, en última instancia, a un hipotético estado de alarma.
Brotes controlados
Este es el escenario actual en la mayoría de las zonas de España. Las comunidades tienen el control sobre las medidas a implementar, se hace una evolución continua de la vigilancia epidemiológica y se implementan medidas de prevención y protección colectiva. Se pone mucho el énfasis en la concienciación de la población y los riesgos existentes.
Este es, de hecho, el escenario que se preveía con la desaparición del estado de alarma y la llegada de la nueva normalidad. Sin las medidas de restricción, el aumento de los contagios es previsible, pero también es algo asumible si se mantienen bajo control.
Transmisión comunitaria limitada
La frontera entre el primer escenario y este es muy fina y, como recuerdan los sanitario de la zona de Lérida hoy mismo: «En 48 horas puede cambiar todo». Este escenario prevé la transmisión comunitaria esporádica y limitada, como ocurre en Lérida.
Entre las herramientas que propone Sanidad están las de restringir las visitas a residencias, aplazar los eventos, cierre de discotecas, cierre parcial o total de centros afectados, reducción de aforos al 50% en establecimientos cerrados, celebraciones religiosas y velatorios, así como franjas horarias preferentes para grupos vulnerables. Ante la transmisión entre comunidades, Sanidad podría intervenir para homogeneizar las medidas.
Transmisión no controlada
Si los contagios crecen hasta llegar a una transmisión fuera de control, el Gobierno prevé acciones simultáneas de confinamiento en todo el territorio o en territorios específicos, así como el control de la movilidad y el transporte. También se recomendaría relacionarse en grupos de menos de diez personas y se cerrarían establecimientos con elevada asistencia.
Sería el paso previo a volver a un escenario parecido al de marzo y abril. En todo caso, esto se produciría solo en caso de extrema gravedad e implicaría llegar otra vez a amplios consensos parlamentarios para que Sanidad recuperara el mando único con instrumentos jurídicos excepcionales.