Pedro Sánchez y el rey Felipe VI coincidirán este viernes 9 de octubre en un acto en Cataluña después de la escalada de tensión entre ambos que culminó con el veto al monarca en el reparto de despachos de los jueces en Barcelona. De hecho, ambos se verán hoy en otro acto en Madrid, pero la fecha marcada en rojo por el presidente del Gobierno será el viernes.
Ambos asisten hoy a la reunión del Patronato del Instituto Cervantes, que se celebrará en el Palacio de El Pardo. Es la primera vez que se verán las caras después de los ataques de algunos ministros al rey en el aniversario de su famoso discurso tras el referéndum del 1 de octubre de 2017 en Cataluña.
Este fue el motivo por el cual el Gobierno vetó la presencia del rey en el evento de la judicatura en Barcelona el pasado 25 de septiembre, ya que en plena mesa de negociación en Cataluña Sánchez quería evitar la tensión que genera allí la figura de Felipe VI. Pero una vez pasada la tormenta, Sánchez está decidido a cambiar de estrategia respecto a la corona.
Lo hace empujado por las críticas que ha generado su silencio estos últimos días antes los ataques de algunos de sus ministros al rey. Pero también por las últimas encuestas que confirman que la mayoría de sus votantes censuran los ataques a la Corona. Por eso la fecha clave será el viernes, por la carga de simbolismo del regreso de Felipe a Barcelona.
Es la ocasión en la que Pedro Sánchez quiere demostrar su apoyo sin reservas a la figura de Felipe VI. El camino se lo ha marcado su ministro de Justicia, Juan Carlos Campos, que en pocos días ha pasado de considerar excesivas las loas al rey a proclamar su defensa de la Corona «hasta la última gota de mi sangre».
Campos mencionó también el Estado constitucional y la Justicia. Sánchez quiere poner todo el énfasis precisamente en su defensa cerrada de la Monarquía y la Constitución como pilares del Estado. Y en esa estrategia, el presidente del Gobierno quiere utilizar la figura del rey Felipe VI para presentarse como el garante de la unidad frente a la derecha.
Ambiente caldeado en Barcelona
Pedro Sánchez y el rey Felipe acudirán el viernes a la entrega de premios de la Barcelona New Economic Week, dedicada a las empresas del sector de la tecnología digital, y también visitarán la incubadora de empresas de impresión 3D. Aunque sin la relevancia institucional del acto de los jueces, se trata de una buena oportunidad para promocionar la recuperación de la economía en sector estratégicos como la tecnología digital.
Más allá de eso, Pedro Sánchez quiere aprovechar el acto para escenificar el acercamiento entre Gobierno y Casa Real, dos instituciones cuya tensión ha ido en aumento en los últimos meses por las desavenencias entre Sánchez y Felipe. El presidente del Gobierno quiere ahora despejar las dudas y cerrar filas en torno al rey como muestra de la unidad de las instituciones para afrontar los nuevos desafíos de la legislatura y desactivar los ataques de la derecha.
Precisamente el secretario general del PP, Teodoro Egea, ha acusado a Sánchez de politizarlo todo y organizar la agenda de todas las instituciones del Estado. Más lejos ha ido Vox, que le ha acusado de querer acabar con la monarquía y ha definido el viaje como una «cortina de humo».
En todo caso, a Sánchez y al rey no les espera un gran recibimiento en Cataluña. El presidente en funciones Pere Aragonès (ERC) no asistirá al acto oficial y se prevén manifestaciones de rechazo. El consejero de Interior, Miquel Sàmper, ha asegurado que garantizarán la seguridad de los asistentes pero también el derecho a la protesta.
Mientras tanto, ERC va caldeando el ambiente y su portavoz, Marta Vilalta, ha afirmado que «el rey no es bienvenido» y le ha exigido que pida perdón por haber avalado, según sus palabras, que se pegase a los catalanes que querían votar el 1 de octubre.