Una comida de despedida ha provocado el mayor rebrote de coronavirus del sistema penitenciario español. La fiesta, en honor a los funcionarios en prácticas de la prisión de Navalcarnero, ha terminado con casi medio centenar de personas en cuarentena.
El pasado 18 de septiembre tuvo lugar el homenaje en el bar de la propia prisión de Navalcarnero. Tras la fiesta, 38 funcionarios de la cárcel, una decena de guardias civiles, la camarera del local y la cocinera han dado positivo en los test PCR o se encuentran en cuarentena por contacto estrecho con los infectados que participaron en la celebración.
De los 38 funcionarios de prisión, al menos 16 han dado positivo. Esta cifra podría aumentar en los próximos días, ya que aún se están realizando pruebas, según la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.
De los 16 positivos confirmados por ahora, cinco estuvieron presentes con toda seguridad en la comida. En ella participaron inicialmente 22 funcionarios en prácticas, pero luego se fueron sumando otros compañeros de la prisión.
Otros diez casos confirmados no se conoce aún si estuvieron también en la comida. Y es que tres de ellos están destinados en el centro de inserción social que se encuentra a 500 metros de la cárcel, aunque tienen acceso a la cafetería.
Tras el estudio de contactos, el director de la prisión decidió cerrar la cafetería y aislar a todos los funcionarios afectados.
Otros focos de contagio
Las fuentes penitenciarias consultadas explican que el análisis de los rastreos permite conocer que la mayoría de los contagiados provienen de la comida, pero también que hay otros compañeros que se infectaron en otro tipo de celebraciones familiares, como una primera comunión.
En el caso de la Guardia Civil, varios de los diez miembros positivos han admitido que estuvieron ese día en el bar que de alguna forma mantuvieron contacto con quienes participaban en la comida.
Además, han añadido a modo de queja que las instalaciones que utilizan dejan mucho que desear en términos de higiene. Por lo que no descartan que este haya sido uno de los motivos de la expansión del virus en esta prisión.
El jefe del servicio del instituto armado iba progresivamente apuntando el número de infectados que iba detectando en el sistema, pero ni él ni el director de la prisión dieron aviso a sus superiores de que podría tratarse de un nuevo brote de coronavirus, según informan fuentes penitenciarias y de la Guardia Civil, hasta ya avanzado el incremento de casos.
La cárcel de Soto del Real y Las Palmas II también han sufrido casos de Covid-19 tras el verano. La diferencia es que en el caso de Navalcarnero ninguno de los reclusos ha dado, por el momento, positivo.