El ministro de Sanidad, Salvador Illa, en rueda de prensa tras la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en Madrid (España), a 4 de enero de 2021.

Salvador Illa podría dejar de ser ministro de Sanidad antes de lo previsto

La resolución del TSJC desestima las medidas cautelarísimas que aplazarían las elecciones catalanas hasta el 30 de mayo

Salvador Illa, actual ministro de Sanidad, seguirá al frente de la delegación gubernamental hasta que comienza la campaña electoral por el Govern. A causa de la situación vivida por la pandemia, este proceso se encuentra en una situación volátil, tanto que ayer mismo las elecciones que estaban aplazadas para el 30 de mayo, hoy vuelven al 14 de febrero según la Sección Quinta de la Sala Contenciosa del Tribunal Superior de Justicia. 

La sala ha desestimado las medidas cautelarísimas que se han proclamado contra el decreto 1/2021 del Govern. La base argumental sitúa este proceso en una razón de especial urgencia, y entiende que no existe un motivo vital para su aplazamiento. La resolución se ha comunicado este martes a través de la Junta Electoral Central y la Diputación Permanente del Parlamento de Cataluña. 

La petición presentada por un particular se posicionaba en contra de la decisión de aplazar temporalmente la votación del 14 de febrero. Es por ello que desde el instrumento judicial se ha decidido volver a plantear la fecha en su razón inicial.

Una decisión no definitiva

En este vaivén que parece no ver un final tiene una consigna por parte del TSJC. Ya que, de no aceptar la petición, y por lo tanto no pronunciarse hasta el final del recorrido judicial, podría recaer en una situación prácticamente irreversible en cuanto a la celebración de las elecciones en la fecha prevista inicialmente. Y es que a pesar de que se otorgara la tutela cautelar que se solicita, por el entramado burocrático que atraviesa el proceso se daría una circunstancia de grave inseguridad jurídica, que supondría una reducción de los plazos previstos en la legislación orgánica.

Según los magistrados participantes en el tribunal «el recurso perdería su finalidad si no se decreta la suspensión del decreto impugnado (1/2021), puesto que sería ilusoria la tutela cautelar que pudiera concederse, dada la imposibilidad de seguir con la tramitación del proceso electoral en los plazos establecidos en la legislación orgánica».

A causa de la suspensión del pasado viernes —a solo 25 días de los comicios— se entra en conflicto con los 54 que recoge la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, Loreg. De esta forma la decisión tomada por los magistrados considera que debe adoptarse una medida «cautelar de suspensión por causa de urgencia extraordinaria, con carácter instrumental o procedimental, continuando el proceso electoral convocado en tanto se sustancia esta pieza con la mayor agilidad». 

El horizonte del ministro de Sanidad

Salvador Illa que se ha mostrado prácticamente aséptico a todo lo vinculado con el Govern, solo se ha pronunciado en cuanto a la decisión tomada el pasado viernes. «Me tengo que atener a lo que dicen los responsables que han tomado la decisión. Tengo que creerme lo que han dicho» apuntó el delegado del gobierno a los micrófonos de 'La Sexta' para valorar las opiniones de algunos miembros de la cámara catalana ante el aplazamiento.

El ministro ha reiterado una y otra vez que no piensa «mojarse» con respecto a la decisión del PSC, ni tan siquiera ante la petición que hoy ha visto dictamen por parte del TSJC. El responsable de sanidad ha mostrado su intención de seguir enfocado en materia sanitaria, hasta que se inicie la campaña, sea cual sea el porvenir o las decisiones judiciales que se desarrollen de por medio.

«Me han acusado de muchas cosas, pero estoy al 101% dedicado a Sanidad hasta que inicie la campaña, y cuando llegue estaré al 101% dedicado a la campaña electoral» ha argumentado. Es por ello que a pesar de los esfuerzos de Illa por desviar la atención o zanjar el tema, el proceso judicial cuanto menos tumultuoso que reportan los comicios catalanes no atisba una decisión férrea, al menos no por el momento.