El ministro de Sanidad, Salvador Illa, es consciente de que nos encontramos en el momento decisivo de la pandemia. A las puertas de la Navidad, que puede desatar una tercer oleada de contagios, pero también a pocos días de empezar a vacunar a la gente, lo que suceda las próximas semanas marcará el rumbo de la vuelta a la normalidad.
En una entrevista concedida a Nius, el ministro ha mostrado su lado más personal pero también ha hablado sobre el plan sanitario para las fiestas navideñas y sobre la vacunación. Salvador Illa confía en que la vacuna nos llevará al fin de la pandemia.
En ese sentido, se ha mostrado dispuesto a vacunarse en público cuando le toque: «Si a la ciudadanía le da confianza, lo haré encantado». El ministro desvela cómo pasará las vacaciones de Navidad: «Voy a estar con mi mujer y con mi hija. Serán unas Navidades en casa, y ya me va bien porque he estado tiempo fuera de casa y es lo que me apetece».
La familia de Salvador Illa vive en Cataluña y, por su trabajo en Madrid, la ve muy poco. De hecho, estuvo sin verlos durante todo el primer estado de alarma, entre marzo y junio. Quienes no estarán en las cenas con el ministro serán sus padres, que como explica él mismo acaban de pasar el coronavirus: «afortunadamente, están bien».
Sobre las medidas para Navidad, no cierra la puerta a su modificación «en función de cómo evolucione la pandemia», pero «más que plantearnos medidas nuevas hay que hacer énfasis en cumplir las aprobadas». En este sentido, recuerda que «a más movilidad y a más contactos, más casos» y por eso cree que «la clave es controlar la movilidad y los contactos».
Para que podamos vivir unas Navidades seguras, Illa cree que hay que reducir la movilidad al interior de las comunidades autónomas y solamente desplazarnos en casos excepcionales, además de limitar el número de personas en un mismo lugar.
'Por lo menos hasta verano'
Durante los últimos días, los expertos han advertido del peligro que supone levantar las restricciones antes de tiempo. El ministro es consciente de ello, pero cree que «todos hemos aprendido, los que tomamos decisiones y la ciudadanía», y por eso «en verano tuvimos abierto el ocio nocturno y ahora va a seguir cerrado, igual que otros sectores».
Consciente de que nos encontramos en fechas clave, Illa lanza un aviso a todos los españoles: «Esto no es: la curva va bajando, ahora llegan las vacunas y podemos relajarnos. No es así. Habrá que seguir conviviendo con el virus por lo menos hasta verano».
Reconoce que «estamos todavía muy lejos del nivel al que tenemos que llegar, que es el de una tasa de incidencia de 25 casos». Pero confía en la responsabilidad de todos para evitar nuevos repuntes que den al traste con los resultados conseguidos hasta ahora.
Una de las claves para darle la vuelta a la situación serán las vacunas. Illa aclara que en una primera fase de vacunarán dos millones y medio de personas de residencias de ancianos, sus cuidadores, sanitarios y ancianos vulnerables que no viven en residencias.
Además, la vacunación se hace siguiendo unos criterios: la mortalidad para cada grupo de población, el impacto económico de los grupos en la sociedad, su exposición al Covid-19, la transmisión que producen, la facilidad para vacunarse y la aceptación que tienen de la vacuna. «Hay que esperar a las características de las vacunas para establecer el orden», añade.
Seguridad de las vacunas
Sobre vacunarse en público, ha dicho no tener inconveniente: «Lo importante es dejar claro que las autoridades no tenemos ningún privilegio para vacunarnos antes que los demás. Lo normal es que nos vacunemos cuando nos toque, pero si a la ciudadanía le da confianza que lo hagamos antes, lo haré encantado».
Para convencer a la población, «yo les diría que el arma más poderosa es la verdad, contarle a la gente qué hacen las vacunas, por qué es importantes, explicar episodios históricos donde las vacunas han salvado vidas y por qué ahora se ha ido con más velocidad».
Illa recuerda que «ha habido un esfuerzo impresionante de coordinación entre industria y ciencia» y que «no se ha sacrificado ningún criterio de seguridad ni de eficacia». Según dice, «se ha agilizado o reprogramado todo el proceso de validación, porque antes eran procesos estancos y hasta que no se terminaba la fase 2 no se empezaba con la tres. Ahora, mientras el pintor pinta la pared se puede estar puliendo el suelo de otra habitación».
La otra duda es si habrá que mantener las medidas una vez completado el proceso, a lo que responde que «el uso masivo de mascarilla no va a prolongarse en el tiempo una vez hayamos vencido definitivamente la pandemia». Aun así, «sí hemos descubierto algunas bondades del uso de mascarilla, ya que estamos viendo menos casos de gripe e infecciones respiratorias».
Los nombres del comité de expertos
Hace unos días el Consejo de Transparencia pidió a Sanidad los nombres del comité asesor. Illa también ha hablado sobre eso: «Estoy pendiendo de que los servicios jurídicos del ministerio me den indicaciones de cómo proceder. Las decisiones no las tomaban ellos, solo hacían los informes técnicos y se los pasaban a Fernando Simón y este a Dirección General de Salud Pública que emitía un informe en base al cual tomábamos las medidas».
Según el ministro, «había que ponderar el derecho de la ciudadanía a conocer el primer eslabón de estos informes con el derecho que tienen los funcionarios públicos de proteger su intimidad».
Finalmente, Salvador Illa lanza una recomendación sobre los test que han llegado a las farmacias: «Los test de anticuerpos se pueden hacer, pero hay que ir con muchos cuidado, porque a veces la gente puede tener el resultado de que es positivo y puede pensar que ya está inmunizado, y eso no es así».
Illa advierte que «no es un test para ver si tengo fiebre, es un test de una enfermedad muy contagiosa que hay que administrar con cautela, y asegurar que los casos positivos son automáticamente comunicados a la autoridad sanitaria».