Rusia se ha propuesto arrasar con todo. Cada día que pasa se recrudece mucho más el conflicto que mantiene con Ucrania.
Así lo demuestra que no hayan tenido inconveniente en atacar un hospital infantil y una maternidad. Lo hicieron cuando debía regir un alto el fuego para facilitar la evacuación de civiles y la entrada de ayuda humanitaria.
Las fuerzas rusas se están cebando en los últimos días con la ciudad de Mariúpol. El portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja, Ewan Watson, señaló que la situación es "realmente apocalíptica". Desde el inicio del conflicto llevaban prácticamente sin agua, electricidad y víveres.
Hay unas 400 000 personas afectadas por ello que, además, sufren los contantes bombardeos de Rusia. Están consiguiendo su propósito de arrasar el municipio. La situación es dramática como reconocía el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
"¡Atrocidad! ¿Cuánto tiempo más será el mundo cómplice ignorando este terror?", se preguntaba. Solicitaba que "cierren el espacio aéreo ya". Una petición en la que ha insistido mucho en los últimos días, pero que no ha encontrado respuesta.
Un policía retirado difundió a través de Facebook que la maternidad de Mariúpol "ya no existe. Hay muchas mujeres muertas y heridas".
Las autoridades locales confirmaron el lanzamiento de bombas "contra un hospital infantil", provocando una "destrucción colosal". Varias personas se habían quedado "atrapadas bajo los escombros".
El parte difundido en un primer momento hablaba de 17 personas heridas y de al menos tres muertos, entre ellos una niña. El gobernador regional Pavlo Kirilenko se encargó de corroborar dicha información.
"Rusos, no solo habéis cruzado la línea de lo que es aceptable en las relaciones entre Estado y pueblos. También habéis cruzado la línea de lo humano", señaló.
El presidente de Ucrania hacía un llamamiento para frenar la invasión de Rusia. Explicó que "la bomba aérea sobre maternidad es la prueba final, la prueba de que el genocidio de los ucranianos está teniendo lugar". Sin embargo, desde el Gobierno de Putin negaron dicho ataque, calificando la noticia de "fake news".
El ejército ruso ha puesto el foco en la ciudad portuaria de Mariúpol, que se localiza a orillas del mar Azov. Su control permitirá a Moscú conectar por tierra con la península de Crimea. El constante asedio sobre la zona está provocando una grave crisis humanitaria en esta localidad.
El diputado Dmitro Gurin desveló que los habitantes solo tienen comida para tres días más. Denunció que los cadáveres se apilan en las calles y que se ven obligados a hacer fosas comunes para enterrar a los muertos. Estiman que desde el inicio de la invasión hayan perdido la vida unas 1 300 personas en Mariúpol.
Ucrania no encuentra aliados en su guerra con Rusia
Ucrania instó a la comunidad internacional a que actúe "sin pérdida de tiempo". El ministro de Exteriores, Dmitro Kuleva, pide a Occidente que tome medidas con el fin de "detener esta guerra bárbara contra civiles y bebés". Explica que Rusia "está bloqueando la ayuda humanitaria y la evacuación de civiles".
Durante la última jornada se habían abierto seis corredores para facilitar la salida de personas de las ciudades. Fue durante doce horas. Sin embargo, durante una evacuación, los disparos de la aviación y la artillería rusa mataron a una persona e hirieron a 14.
El presidente del país emplazó a Polonia a que les entregue aviones. Sobre todo tras conocer la negativa de la OTAN de crear la zona de exclusión aérea que solicitaron para frenar los bombardeos. "Tomen una decisión lo más rápido posible", reclamó desesperado.
Pero en Rusia no parecen dispuestos a quedarse de brazos cruzados. La portavoz del Ministerio de Exteriores hizo una advertencia. "Cualquier implicación en el suministro de armas o el envío de voluntarios conllevará una responsabilidad para los países implicados", dijo.