Anna, de tan solo 2 años, está siendo buscada por la Guardia Civil. Sin embargo, los agentes no lo tendrán nada sencillo. Todo apunta a que la pequeña ya se encontraría fuera de España.
La menor acudió el pasado 21 de abril al aeropuerto de Barajas en metro junto a su madre, María José Rodríguez Castillo. Las dos se embarcaron en un avión que tenía como destino la ciudad colombiana de Bogotá. Hasta ahí todo parece normal.
Pero pasados tres días, el padre de Anna, Gheorghe Eugen, denunció ante la Benemérita la desaparición de la pequeña. No fue hasta la mañana de este jueves cuando alertaron a través de las redes sociales de la ausencia de la niña. Tras realizar las primeras investigaciones se dieron cuenta de que lo que parecía una desaparición al uso se trataba de una sustracción de menores.
Pero indagando han podido dar con una información de cierto interés que puede explicar lo sucedido. Al parecer, el padre de la pequeña, presenta varios antecedentes de violencia de género contra la madre. Los progenitores vivían en la localidad madrileña de Collado Villalba, pero llevaban un tiempo separados.
Hubo una serie de episodios de maltrato en el pasado que desencadenaron la ruptura de la pareja. La última vez que el hombre vio a su hija fue un día antes de que se subiera al avión con destino a Colombia.
En la descripción que ofreció a la Guardia Civil señaló que la menor mide 75 centímetros, es delgada, con pelo largo y castaño. En las redes sociales de Instituto Armado también se recogen dichos datos.
La desaparición de Anna está siendo investigada por parte de los agentes, que ya se han puesto en contacto con las autoridades de Colombia. Las primeras hipótesis desvelan que María José pudo marcharse del país en un intento por escapar del maltratador.
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En cualquier caso, hay muchas preguntas que se formulan los agentes y que carecen de respuesta. Queda por saber si podría haber otros motivos por los que pudiesen huir y si se trata de un caso de sustracción de menores.
Las autoridades han realizado un llamamiento para que los ciudadanos puedan aportar cualquier tipo de información sobre el paradero de la pequeña. Para ello, solo es preciso que se pongan en contacto con el 062. También han solicitado colaboración desde SOS Desaparecido para dar lo antes posible con la niña.
El caso de Anna parece complicado de resolver
La sustracción de menores, como ocurre en el caso de Anna, cada vez se repite más en nuestro país. No se puede considerar de hecho aislado. Eso sí, por experiencia saben que resulta muy complejo resolverlos de manera satisfactoria.
En muchas ocasiones, como ocurre con esta desaparición, acaban buscando refugio en otros países. Y las autoridades de dichos territorios no siempre se muestran colaborativos con los investigadores españoles. Más bien se puede decir que ponen unas cuantas trabas para entorpecer el caso.
En 2015, España reclamó la restitución de 171 menores sustraídos por sus padres y trasladados a otros países. También registraron la situación de 140 niños que fueron traídos a España de forma ilícita.
Se estima que en Europa haya unos 2000 casos similares al de Anna. Hay que decir que la sustracción de menores está considerado como un delito desde 2002. Por lo tanto, existe la posibilidad de comenzar un proceso penal por marcharse con un niño sin el consentimiento de la otra parte.
Para este tipo de situaciones, los ministerios de Interior, Justicia y Exteriores cuentan con un protocolo establecido.