Todo el mundo ha esperado la llegada del verano como punto y final de las prohibiciones que acompañan a los ciudadanos en el día a día. La presión del Covid ha cambiado los hábitos, y el inicio del periodo estival ha sido perfecto para reanudar la normalidad. Al menos lo sería si algunos fueran más responsables, porque desde varias comunidades autónomas ya se preparan medidas restrictivas más duras.
La huella que ha dejado el coronavirus tanto materia de salud como en la economía, no es una situación que se resuelva en dos días. Tampoco ayudan los continuos parones en las desescaladas a causa de un grupo generacional que no comprende más limitaciones. El nexo que permitía la estabilidad en estos sectores eran las limitaciones de movilidad, toques de queda, o el uso de mascarilla en exteriores.
El pasado 26 de junio se levantaba la última de las normas, con motivo de impulsar tanto el turismo como la hostelería. El tiempo que ha acompañado a los veraneantes también ha ayudado a que las playas se abarroten y las reservas hosteleras empiecen a cubrirse. En aras de esta noticia, también ha de evaluarse la estrategia de vacunación coordinada que se promulga desde la Unión Europea.
Cada vez existen más facilidades para viajar entre países miembros gracias al pasaporte Covid. Desde que entró en vigor el pasado 1 de julio, acumula más de 3 millones de descargas en nuestro país. Del total de la población española se calcula —por los datos del Ministerio de Sanidad— que el 39% ya está inmunizada. En la línea de esta buena nueva, el 55% ya tiene al menos una dosis inyectada.
Los contagios aumentan
Esta ola de positividad contra el patógeno también tiene un lado amargo. Los datos que se reportan sobre la expansión del virus continúan creciendo, y lo han hecho desde que llegó el verano. Aunque por el momento solo se trata de enfermos y no de fallecidos, lo cierto es que la preocupación se acentúa en el ámbito sanitario.
La incidencia en los últimos 14 días ha subido hasta los 152 casos por cada 100 000 habitantes, según recoge Sanidad. Esta referencia resulta alarmante si se sopesa que hace dos semanas la cifra llegaba a los 90. Una cuantía que aún fue más reducida durante el inicio del mes pasado, tratándose de una de las medias más bajas de todo 2021.
Hay dos factores según los expertos epidemiológicos que han agravado la situación. El primero de ellos es la propagación de la variante del Delta, que es más contagiosa, y ha afectado a los jóvenes de entre 12 y 29 años. Es normal que sean los principales afectados, ya que prácticamente no han sido vacunados. La incidencia en esta franja de edad se sitúa en los 400 puntos.
En Madrid, la cepa suponía la semana pasada un 2,7% del total de casos reportados. En Cataluña esta cifra aumenta hasta el 30%, donde ya se estima que sea la dominante.
Los jóvenes, señalados
El director del CCAES, Fernando Simón, atribuyó el aumento de la cifra de afectados a los estratos más jóvenes de la población. Sobre todo poniendo como ejemplo el macrobrote de estudiantes que viajaron a Mallorca con motivo de fin de curso. La aventura se saldó con casi 2000 contagiados de entre 12 comunidades.
Entre los enfermos, se registraron casi un centenar de casos de la variante india. Es por ello que algunas regiones ya están moviendo ficha de cara a restringir ciertas actividades sociales. Territorios como Cataluña, Andalucía o la Comunitad Valenciana han decidido aplazar la desescalada.
Tanto en Navarra como en Galicia no se descarta que los escenarios que se están dando puedan repercutir en la salud pública. Por ello se mantienen a la espera, con la posibilidad de realizar alguna modificación legislativa. El resto de comunidades también han reportado un incremento en los ingresos hospitalarios, situación que esperan no vaya a peor.