Se sigue viendo semana tras semana, si hay un sector que ha sufrido durante toda la pandemia ha sido el de la hostelería ya la restauración. Propietarios y trabajadores protestan de manera habitual pidiendo ayudas o la reapertura en aquellos donde todavía no lo ha hecho en esta segunda ola.
Después de la primera ola, en la desescalada tras el primer Estado de Alarma, ya fueron los últimos en primer abrir. Ahora, tras el verano, tuvieron que ver como muchas comunidades apostaban por su cierre total para frenar los contagios, la primera de ellas en hacerlo Cataluña.
Los bares y restaurantes catalanes han vivido los últimos días la vuelta de sus clientes tras más de un mes donde solo podían servir a domicilio o para recoger. Pero para algunos sigue sin ser suficientes la actual reapertura. Es el caso de uno de los restaurantes catalanes y de toda España más conocidos, el Dos Palillos de Alber Raurich, que, pese a su estrella Michelin ve peligrar claramente su futuro.
No le sale rentable abrir con las actuales condiciones
El restaurante, ubicado en Barcelona, podría bajar la persiana como otros muchos negocios de su sector en todo el territorio nacional, aunque muy especialmente en una zona con tanto turismo como es la capital catalana. Según RAC 1, el 10% de los bares y restaurantes de toda la provincia Barcelona no volverán a abrir una vez hayamos superado la pandemia.
El propio propietario y cocinero del 'Dos Palillos', Albert Raurich, relataba en una entrevista en el programa 'Vía lliure' de la radio catalana que su situación es insostenible. «Hace nueve meses que estamos cerrados porque no somos viables. Ya éramos inviables cuando desapareció el turismo, pero ahora todavía es más grave», confirmaba preocupado
Y es que su concepto de restaurante y su distribución son muy difíciles de adaptar a las nuevas medidas de seguridad, y esto les impide permanecer abiertos. Todo se sirve en una gran barra que rodea los cocineros mientras trabajan. Normalmente sus turnos son de 20 personas, pero llega a acoger hasta 40 en algunas noches.
Pero eso ahora mismo es inviable. La actual distancia de seguridad exigida solo le permite servir a unas 8 personas por tanda. Además el toque de queda a las diez de la noche, le limita el turno de cenas, uno de sus puntos fuertes.
Se le acumulan miles de euros de pérdidas cada mes
Raurich admite que ahora mismo es muy complicado mantener un negocio que hace meses que no tiene ningún tipo de ingresos. Tal como ha remarcado en la entrevista, incluso con el restaurante cerrado, está teniendo unos 8.000 euros de pérdidas mensuales.
Si a esto le suma todos los gastos que corresponden a la seguridad social de los trabajadores, todo sube hasta los 17.000 euros por mes. «El estado paga el 70% del sueldo de los trabajadores, pero como empresa no he recibido ninguna ayuda. Todavía estoy pendiente de ver si me conceden una prestación de 1.500 euros», lamentaba
Además, confirma como tampoco es mucho mejor su situación económica personal. Todos los ahorros se han esfumado, después que hace un tiempo decidiera abrir un segundo restaurante, el 'Dos Pebrots' (dos pimientos en catalán). Es una inversión que todavía no ha podido rentabilizar. Ahora mismo, su caja negativa asciende ya a 50.000 euros.
Cómo ha reconocido el restaurador, su situación no es única y hay centenares de negocios en todo Cataluña y España al borde de la quiebra. Muchos de ellos son negocios familiares que no tienen un colchón económico como un restaurante de categoría como puede ser el suyo. Así, ha querido hacer un llamamiento a la concienciación y ha recordado que se está posando en peligro el patrimonio gastronómico de nuestro país.