Si hay algo que los científicos y médicos de todo el mundo han tratado de hacer desde que comenzó la pandemia de coronavirus, ahora hace más de un año, ha sido intentar encontrar un tratamiento que funcione con la enfermedad y una vacuna que la prevenga.
De momento, el campo de las vacunas está mucho más avanzado, con varios fármacos que han demostrado eficacia para prevenir, por lo menos, pasar la enfermedad o hacerlo de forma grave. Queda comprobar si estas vacunas también evitan la transmisión, algo que alguna de ellas podría conseguir, según los primeros datos.
¿Y qué pasa para las personas que ya han contraído la enfermedad? En este punto, los servicios de sanidad de todo el mundo todavía no han encontrado un tratamiento infalible, pero ya han salido a la luz varios tratamientos que, en determinadas zonas, se han mostrado efectivos a base de probarlos en los pacientes.
Uno de esos tratamientos se probó en Andalucía, y su éxito ha hecho que incluso desde otros países, como el Reino Unido, se ha pedido que empiezan a aplicarse también.
El tratamiento en cuestión está basado en administrar fármacos con calcifediol, es decir, vitamina D, algo que la Junta de Andalucía probó con éxito y decidió aplicar de forma general en todas las residencias de ancianos de gestión pública.
Fue a partir de noviembre cuando se generalizó el uso de este tratamiento en Andalucía, y la mortalidad se redujo en la región a la mitad. La decisión se tomó después que la Junta analizase un informe del comité técnico de expertos de la Consejería de Salud y Familias sobre los posibles beneficios que el tratamiento tendría sobre la población.
En diciembre, la mortalidad se mantuvo relativamente baja comparada con los últimos meses, y en enero, aunque ha subido a consecuencia de la tercera ola, no ha alcanzado los niveles de noviembre.
Durante el mismo periodo de tiempo, el Reino Unido ha visto dispararse su tasa de mortalidad, pasando de alrededor de 200 muertos por millón de habitantes en noviembre hasta los casi 500 muertos de enero.
Por esa razón, el diputado David Davis preguntó al primer ministro británico, Boris Johnson, durante una sesión en el Parlamento, que «echase un vistazo» a las últimas investigaciones españolas sobre este tratamiento, que considera «barato y seguro», para copiar la fórmula y administrarlo también en pacientes con Covid-19 del país.
Los primeros ensayos del tratamiento con vitamina D en Andalucía se hicieron en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, donde se mostró que administrar calcifeidol a los pacientes hospitalizados reducía de forma significativa las probabilidades de acabar en la UCI.
El uso de vitamina D redujo al 2% la necesidad de ingresar en la UCI
Se hizo el ensayo con 76 pacientes que tenían neumonía bilateral por Covid-19. 50 de ellos recibieron suplementos con calcifeidol en formato de cápsulas de ingestión oral, y los otros 26 pacientes no las recibieron. De los 50 que sí las recibieron, solo uno acabó ingresado en la UCI, es decir, el 2%; mientras que de los otros 26, 13 ingresaron en la UCI (el 50%).
El estudio va en la línea de otros ensayos que determinaron que el 80% de pacientes con Covid-19 tiene déficit de vitamina D, lo que puede predisponer a sufrir infecciones en las vías respiratorias altas.
Además, Andalucía detectó que los ancianos de residencias son más propensos a tener déficit de vitamina D, porque salen menos al exterior —la luz del Sol aporta vitamina D— y toman menos alimentos ricos en este componente, como pescado azul, marisco, huevos y lácteos.
A pesar de todo, los expertos no tienen claro que la vitamina D sea un tratamiento infalible, y creen que es mejor tenerla en cuenta como solución preventiva a la Covid-19, más que en un tratamiento eficaz para tratar la enfermedad.
Miguel Ángel Martínez González, catedrático de Salud Pública; y Nerea Martín Calvo, doctora en Medicina Preventiva y Salud Pública, han explicado en 'El Huffington Post' que un exceso de suplementos de vitamina D puede ser perjudicial.
No todo el mundo se beneficiaría de este factor protector, aseguran, ya que se ha demostrado que sí es un factor a tener en cuenta en el caso de personas con un gran déficit de vitamina D, pero no para la población general, por lo que su uso generalizado no sería justificable.