Imagen de un brazo conectado a una vía.

Paciente que llevaba más tiempo ingresada vuelve a casa si uno de sus órganos vitales

La joven estuvo 105 días conectada a un respirador artificial y sufre terribles consecuencias provocadas por el Covid-19

La historia de Fátima Bridle de 35 años y originaria de Marruecos, ha sido toda una odisea. Después de pasar 105 días ingresada en el Hospital General de Southampton en Reino Unido donde ha permanecido conectada a un respirador artificial como consecuencia del Covid-19, por fin ha regresado a casa.

Pero la pesadilla de Fátima no ha terminado. Las secuelas que le ha dejado la enfermedad le han provocado la pérdida de la funcionalidad de uno de los dos pulmones tras padecer una neumonía de lo más severa..

Todo comenzó cuando empezó a sentirse mal al regresar de un viaje a Mohammedia, ciudad situada en Marruecos. Su estado de salud empeoró nada más ingresar en el hospital y su traslado a la Unidad de Cuidados Intensivos se produjo en cuanto la neumonía comenzó a agravarse. Allí permaneció conectada a un respirador artificial.

El equipo médico hizo todo lo posible por estabilizar a Fátima suministrándole antibióticos, pero nada pudo evitar que entrara en coma, situación en la que estuvo durante 40 días. Pero esto no acabó ahí pues la joven padeció una infección que afectó a todos sus órganos por lo que tuvo que permanecer más días ingresada en la UCI luchando por su vida.

Ahora tras casi cinco meses y un total de 141 días ingresada, Fátima Bridle se muestra muy agradecida por el equipo médico que estuvo atendiéndola y que han conseguido salvarle la vida cuando la lucha estaba casi perdida.

Gracias al esfuerzo y el tesón de los facultativos, Fátima ha podido regresar a su casa donde continúa su recuperación. Sin embargo, la enfermedad le ha  provocado la pérdida de uno de sus dos pulmones por lo que a partir de ahora le queda un largo camino y su día a día se verá afectado por las secuelas que el coronavirus le ha ocasionado en su cuerpo.