Ayer mismo una trágica noticia trascendía a las portadas de todos los medios nacionales. Un caso de parricidio tuvo lugar en El Cabanyal, Valencia, que sin justificar el crimen se aleja de todos los que se acercan a su naturaleza macabra. Ramón padecía graves adicciones y tenía una orden de alejamiento contra sus padres. Ayer, su progenitor decidió acabar con su vida y le mandó un mensaje a su mujer escribiendo "todo arreglado".
Los días anteriores al asesinato causó imperfectos y daños en la finca de la calle José Aguilar de Valencia. A pesar de que existía una orden de alejamiento, el joven volvió a personarse en el domicilio. "Esta noche vendrá a por mí la Policía" comentaba horas antes en un bar cercano a la casa familiar.
El padre acabó con la vida de Ramón por estrangulamiento y tras propinarle varios golpes en la cabeza. Los hechos ocurrieron entre la noche del sábado y la madrugada del domingo. La información sobre el mensaje a su pareja fue revelada por Levante-EMV, así como el resto de la historia.
"Mi marido ha matado a mi hijo"
Con respecto a otros testimonios a los que ha accedido El Español se conoce que cuando el progenitor se presentó en casa, la mujer en estado de shock comenzó a gritar. Los vecinos escucharon el trágico suceso, y un poco más tarde de media noche la Policía se personó en el domicilio.
El homicidio continúa siendo una auténtica incógnita, ya que aún toca estimar si lo sucedido ocurrió en defensa propia, o fue premeditado. Por los antecedentes que acompañan al caso, se puede intuir al menos que no es simplemente un crimen pasional. La llamada a las fuerzas del orden fue realizada por la madre del joven, en ningún caso por la propia víctima.
A pesar de que no existe un claro indicio de como sucedieron los hechos, sí se conoce tras la primera recolección de pruebas que el padre dejó entrar al menor. A partir de ese momento se inició una pelea entre ambos y el cabeza de familia le golpeo con un objeto contundente en repetidas ocasiones. Acto seguido, se abalanzó sobre él y le asfixió hasta acabar con su vida.
Aún está por esclarecer si la muerte se produjo por culpa del golpe o de la maniobra posterior. En todo caso, una información que sí ha llegado a la policía es que la actitud violenta del chico se había agudizado en las últimas jornadas. En un ambiente de tal polaridad, los vecinos de la zona observaban a ambos en un bar hablando tranquilamente unas semanas antes del suceso.
Los problemas de adicción
La noticia sin duda ha conmocionado al vecindario, que en su mayor parte era conocedor del problema de adicción que tenía Ramón. "Era un chico enfermo. Nadie, por graves problemas de adicción que padezca, merece una muerte como esta", comentaba una persona del edificio en el que mora la familia.
También ha querido pronunciarse su profesora, a la que "enseñó los tranquilizantes que estaba tomando, él quería salir, superarlo. Alguien con problemas de adicción que llega a tener una orden de alejamiento de sus padres debe ser atendido para tratarse", asegura.
A pesar de la orden interpuesta por un juez con motivo de proteger a los progenitores, Ramón continuaba deambulando por la zona. "Yo mismo le vi también el sábado por la tarde, me crucé con él en el ascensor" comenta otro habitual del barrio.
Según apuntan los primeros pasos de la investigación, también se ha señalado que toda la situación con el hijo había dañado la relación de pareja. Precisamente en ese instante la madre no se encontraba en el domicilio familiar.