La localidad riojana de Medrano vive con «preocupación e incertidumbre» el brote de la COVID-19 que afecta a 13 vecinos y veraneantes, lo que ha provocado que el resto de habitantes se hayan autoconfinado en sus casas para evitar nuevos contagios.
Así lo ha expresado a Efe este jueves el alcalde de Medrano, Jesús Manuel Pérez, quien ha llamado a la «tranquilidad», porque el brote está «controlado» después de que se hayan realizado más de 400 pruebas entre los contactos de los casos positivos.
Este brote se produjo en el ámbito del ocio, en una comida de amigos de entre 17 y 18 años, por lo que la mayoría de los contagiados tienen esa edad, además del padre y del hermano de unos 12 años de uno de los positivos, ha precisado Pérez.
Medrano tiene 325 vecinos censados, pero su población aumenta en los meses de verano con muchos logroñeses que tienen en el pueblo su segunda residencia, ya que se encuentra a apenas 16 kilómetros de la capital riojana.
«Muchos de los residentes son personas mayores, por lo que estos días han optado por hacer vida confinada y salir a la calle lo justo, para comprar el pan o dar un pequeño paseo cuando no hay gente», ha explicado el alcalde.
El pasado viernes, 7 de agosto, se comunicó a los servicios sanitarios el primer caso de COVID-19 de un joven vecino de la localidad, y posteriormente se contactó con todos los contactos de este chico, quienes comenzaron a hacerse las pruebas el domingo 9.
Salvo un par de casos que han tenido fiebre, el resto de contagiados apenas han tenido síntomas de la enfermedad y cumplen con el aislamiento domiciliario para evitar nuevos casos, especialmente entre la población mayor, ha asegurado.
Pérez ha agradecido esta responsabilidad colectiva para «acabar entre todos» con este problema, aunque ha reconocido que es «un poco triste» ver vacías las calles de su pueblo, donde solo hay un bar que apenas registra una treintena de clientes diarios estos días.