A un pueblo de la provincia de Granada le va a salir muy caro el desmadre de estas fiestas navideñas. Se trata de Montillana, donde desde marzo, solo se habían contabilizado 11 contagios por Covid-19, pero tras las celebraciones de Navidad, el número de positivos se ha disparado hasta los 40 casos, y unas veinte familias se encuentran en cuarentena tras haber estado en contacto estrecho con algún positivo por Covid-19.
«El 50% de las pruebas que se vienen realizando desde el 28 de diciembre salen positivas: la situación es alarmante», ha explicado la teniente de alcalde Irene Cano, para ilustrar la preocupante situación que vive el pueblo, que cuenta con 1.129 habitantes.
«El 60% de la población es gente mayor de 65 años y hemos pedido a los vecinos un confinamiento voluntario», ha relatado al medio digital ‘El Español’, avanzando que «nos estamos planteando llamar a la UME (Unidad Militar de Emergencias) para desinfectar todo el pueblo».
¿Pero cuál ha sido el causante de este alarmante aumento de contagios? Pues que tal y como reconocen muchos vecinos, durante las fiestas se han incumplido impunemente las medidas de distanciamiento y de reuniones sociales.
Bares incumpliendo las restricciones y fiestas ilegales
En un pueblo del área rural de Granada como este, donde no tienen Policía Local y la Guardia Civil se encuentra a 9 kilómetros, les resultó muy fácil vulnerar las restricciones impuestas durante estas fiestas, celebrándose varias fiestas ilegales en cortijos, garajes y naves.
Lo sabe de primera mano un vecino del pueblo, que ha relatado al citado medio cómo en al menos dos bares excedieron el aforo permitido: «En dos bares del pueblo se excedió el aforo de clientes, se sirvieron copas en la barra a pesar de que estaba prohibido, y a las seis de la tarde bajaban la persiana, pero seguían la fiesta dentro aprovechando que los locales estaban insonorizados” relata.
Posteriormente, la celebración seguía en los parajes o cortijos típicos de un pueblo andaluz cuyo motor es la agricultura y la ganadería, por lo que había muchas posibilidades de montar una fiesta alejada de otros vecinos sin que nadie se diera cuenta. Al menos se dieron unas 5 fiestas clandestinas de este tipo durante la Navidad.
«Los grupos de asistentes de los botellones oscilaban de 12 a 40 personas, con edades de entre 18 y 30 años, por lo que algunos ya sabían que lo estaban haciendo mal», ha confirmado la misma fuente a ‘El Español’, cuya información ha sido confirmada por el Ayuntamiento del pueblo.
Los jóvenes, iniciadores del brote
Tal y como confirma la teniente de alcalde Irene Cano, los jóvenes fueron los que desencadenaron el brote a través de dichas fiestas y de ahí pasó a abuelos, tíos, y padres. «Ahora mismo hay familias enteras que están aisladas en sus casas».
Una de las vecinas que se encuentra autoconfinada después de que su hijo adolescente haya dado positivo tras acudir a un bar tomar cervezas con sus amigos, lo confirma: «La gente joven ha infectado a sus familiares porque aquí de lo único de lo que se habla es de que las cocheras estaban llenas de gente bebiendo y fumando», ha lamentado.
No en vano, los excesos de la Navidad han catapultado a este bonito pueblo en el ranking de incidencia acumulada: es la localidad de la provincia de Granada con mayor tasa de Covid, con 2.859,5 casos por cada 100.000 habitantes y la segunda de toda Andalucía.
Mientras tanto, el consistorio médico de Montillana se encuentra desbordado, pues su plantilla se reduce a un médico y un enfermero, insuficiente para hacer frente a la enorme demanda de PCR y pacientes con síntomas: «Tan solo quedan dos PCR, por eso también hemos pedido a las autoridades sanitarias que nos envíen más material y que se duplique o triplique temporalmente el personal del consultorio», relata la teniente de alcalde.
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