Control seguridad de la guardia civil de tráfico durante el confinamiento

Los españoles se saltan los cierres de Semana Santa: Las excusas para la Policía

Los propietarios de segundas residencias son los que lo tienen más fácil para viajar

España lleva una semana con todas sus comunidades, excepto Baleares y Canarias, cerradas de forma perimetral para evitar desplazamientos injustificados que aumenten la movilidad y la interacción social a las puertas de la cuarta ola.

El objetivo de estos cierres es impedir que, como en festividades anteriores ya ocurrió, aumenten los contagios y España se enfrente a una nueva ola que deje miles de víctimas mortales del coronavirus. Pero hay muchos ciudadanos que ya se han cansado de este tipo de medidas y han decidido hacer caso omiso a las autoridades.

En los últimos días, vecinos de localidades costeras, especialmente de Cataluña, la Comunidad Valenciana o Andalucía, han visto como la población de sus municipios ha aumentado considerablemente a pesar de que está prohibido viajar. En algunas comunidades, como Andalucía, incluso está prohibida la movilidad entre sus diferentes provincias.

En algunos casos, los vecinos se están encontrando con personas que tienen una segunda residencia en su localidad, a quienes han visto verano tras verano en los últimos años, pero que esta Semana Santa, por las restricciones, no deberían estar ahí.

Muchos de esos propietarios que tienen segundas residencias han acudido igualmente a sus lugares de veraneo, y los que han sido cuestionados por la Policía están argumentando tener juntas vecinales urgentes o averías que tienen que arreglar para haberse desplazado hasta allí.

Así lo ha explicado Manuel Jiménez Caro, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Málaga, en un reportaje de 'Nius Diario': «Estamos recibiendo peticiones de propietarios de viviendas solicitando escritos de juntas vecinales que no existen igual que certificaciones de averías ficticias».

Solo en Málaga han recibido más de 100 solicitudes de este tipo, que si se aceptan pueden evitar que estos propietarios sean sancionados. Pero según José Fería, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Andalucía, estas peticiones se están recibiendo en todas las provincias de la región.

En el caso de Málaga, Jiménez Caro explica que las solicitudes han sido rechazadas «por la irresponsabilidad que eso conlleva», pero ya se sabe que, como dice el dicho, 'hecha la ley, hecha la trampa', y que se están falsificando algunos de esos documentos para evitar las multas.

Otra de las actividades que más está molestando a los vecinos esta Semana Santa es la proliferación de fiestas, especialmente entre los más jóvenes. Vecinos de localidades costeras han observado en los últimos días cómo el final de las clases ha aumentado el flujo de adolescentes y jóvenes a las playas, parques y zonas verdes de casi todas las comunidades.

En algunos casos, a esos jóvenes se les puede ver en los supermercados, comprando alcohol, bebidas, comida, aperitivos y demás productos que dejan entrever que van a juntarse en botellones o fiestas privadas. 

Fatiga pandémica

Cosas como estas se habían visto ya durante la pandemia, que hace más de un año que está entre nosotros, pero en las últimas semanas se está observando que cada vez ocurre más veces.

Los expertos lo achacan a la fatiga pandémica, el cansancio de gran parte de la sociedad de las medidas y restricciones impuestas y que, en muchos casos, ni siquiera entienden.

El ejemplo más claro lo encontramos en la nueva ley del Gobierno Central para el uso obligatorio de mascarillas, que lo extendía a todo espacio abierto hubiera o no distancia de seguridad. Esto obligaba a llevar la mascarilla en zonas como playas o piscinas, y los usuarios saltaron. 

Apenas unas horas después, Sanidad admitió que el proyecto de ley empezó a hacerse en diciembre, y que ahora podría haber estado desfasado, por lo que se comprometió a pactar con las comunidades una actualización de la norma.

Varias comunidades autónomas, por su parte, viendo el descontento de la población, anunciaron que no iban a aplicar la norma y seguirían vigentes las excepciones que ya funcionaron durante el año pasado, especialmente en el caso de las playas. 

La sociedad no acababa de entender que hace un año no fuese obligatorio llevar la mascarilla para tomar el sol y ahora sí. De hecho, ni siquiera los expertos estaban de acuerdo con la medida, al considerar que las playas son, en general, espacios seguros si se puede mantener la distancia. 

En definitiva, la sociedad está ya cansada de restricciones mientras desde las autoridades se argumenta que cada vez queda menos, que la vacunación avanza y que se podrán suavizar esas restricciones a medida que se alcance más población inmunizada. Pero ese momento no acaba de llegar y la gente pide aire.