En los últimos tres años hemos tenido que hacer frente a numerosos eventos que ya formarán parte de nuestra historia para siempre. La pandemia, el asalto al Capitolio, Filomena, la erupción de la Palma y ahora una guerra. Todas ellas situaciones que han amenazado, de alguna manera, la estabilidad de muchas personas.
Para hallar explicación, algunos han tirado de antiguas profecías. Escritos que fueron recogidos hace décadas y que, según otros, ya pronosticaban parte de estos sucesos. Siguiendo la línea de estos augurios, la guerra entre Rusa y Ucrania también se encontraba entre las revelaciones de la Virgen de Fátima.
Sin embargo, no se quedó en el conflicto entre ambos países, sino que algo mucho peor estaría por venir.
Una profecía ya vaticinó la guerra entre Rusia y Ucrania
Una de las más famosas revelaciones que, supuestamente, tuvieron lugar fue la visita de la Virgen de Fátima en Grúshevo, una localidad ucraniana. Ocurrió cuando se cumplía un año del desastre de Chernóbil ante la presencia de unos niños.
Juan Pablo II, el pontífice por aquel entonces, ordenó al Vaticano investigar el fenómeno. Para su asombro, confirmaron que varios menores sostenían la misma versión de lo ocurrido. La Virgen se les había aparecido y les hizo llegar un mensaje para Rusia.
Todavía existía la Antigua Unión Soviética y la religión era un tema que estaba totalmente restringido. De ahí que la Virgen pidiera que se encomendaran a su Inmaculado Corazón para encontrar la paz. De no hacerlo, un castigo se cernería sobre todos.
Cada día 13 de cada mes, se producía la visita de la Santísima, y al tercer mes, les dijo a los niños que trasladaran su mensaje de preocupación. "Ha llegado el momento en que Dios pide que se consagre a Rusia a mi Inmaculado Corazón, prometiendo así salvarla", rezaba el mensaje.
Si así lo hacía, la paz reinaría por siempre. De negarse, Rusia terminaría provocando guerras y destrucción. "Como resultado, el Santo Padre sufrirá y muchas naciones serán destruidas", recogía la profecía.
La llegada del Apocalipsis
El testimonio de los niños que fueron visitados por la Virgen no fue tenido en cuenta por Juan Pablo II. No obstante, su intento de asesinato (también profetizado) le hizo cambiar de opinión y valorar como ciertos estos augurios.
En 1982 decidió interceder ante Rusia e intentar que se convirtieran, siguiendo así el consejo de la Virgen. Dos años más tarde, encomendó a Rusia a María Inmaculada. Era su manera de evitar la guerra, mientras que en el año 2000 decidió revelar la parte de la profecía que decidió mantener en secreto.
Se trata de un mensaje donde se vaticinan las terribles consecuencias que la guerra entre Ucrania puede tener sobre el mundo. "El ángel con la espada de fuego que está a la izquierda de la Virgen recuerda imágenes similares del Apocalipsis", cuenta el mensaje.
"Representa la amenaza del juicio que se cierne sobre el mundo. La idea de que el mundo pueda arder en un mar de fuego ya no parece un producto de la imaginación: el hombre mismo, con sus invenciones, ha preparado para sí una espada de fuego", sentencia.
De esta manera, algunos entienden que la estabilidad dependerá de si Rusia permanece o no al lado de María. El país podría tener conflictos con otros, pero sin pasarse de la raya. En el momento en que las discrepancias se intensificaran, la Virgen le daría la espalda y el mundo entero sufriría las consecuencias.
"Muchas naciones serán destruidas", vaticinó, dejando claro que podría ser el fin, no solo de Ucrania, sino de muchos otros países.