Pedro Sánchez dio la sorpresa a toda España el pasado mes de julio. En un sábado de calor que se antojaba de lo más tranquilo informativamente, el presidente del Gobierno protagonizó una revolución en su equipo. Sánchez cambió varios de los ministros de su Gobierno, incluyendo a nombres de peso como Carmen Calvo o José Luis Ábalos.
Los nuevos ministros, caras en general más jóvenes, han comenzado a adquirir rodaje durante las semanas del verano. La idea de Sánchez era que fueran cogiendo el ritmo en esta época de menor intensidad política para que el arranque del curso, en septiembre, les cogiera ya en plena forma. Así pues, el nuevo Gobierno lleva un mes ejerciendo y ha sido tiempo suficiente para que se haga notar un problema que puede perjudicar al PSOE y al propio Sánchez.
El PSOE, sin voces potentes en el nuevo Gobierno tras la salida de Calvo y de Ábalos
Son muchas las voces que llevan semanas apuntando que el PSOE podría haber perdido perfil propio en esta remodelación del Gobierno. Aunque se ha mantenido el número de ministros socialistas, algunos analistas consideran que faltan referentes capaces de frenar a Podemos y a la oposición. Hasta ahora, Carmen Calvo y José Luis Ábalos ejercían como defensores de la voz socialista del ejecutivo.
Cuando se producía alguna polémica por declaraciones de presión por parte de la oposición o alguna salida de tono de Podemos, Ábalos y Calvo reaccionaban. Salían en defensa del PSOE, marcaban perfil con la postura socialista sobre la cuestión y zanjaban cualquier asunto. Sin embargo, ahora faltan perfiles que salgan a parar los golpes del día a día al presidente del Gobierno y ello preocupa al círculo más próximo a Sánchez.
En el último mes hemos podido oír a líderes de Unidas Podemos presionando al PSOE sin respuesta socialista. La demanda de un aumento del SMI por parte de Yolanda Díaz o la crítica de la ministra Belarra a Interior por la devolución de menores a Marruecos son dos ejemplos. Se trata de silencios que ningún ministro socialista ha salido a contrarrestar para salvaguardar la imagen del PSOE de los ataques de sus socios.
Tal y como apuntaba este fin de semana El Confidencial, hay una única ministra que en las últimas semanas ha mostrado algún amago de ejercer este papel. Se trata de la titular de Hacienda y Función Pública y exportavoz del Gobierno, María Jesús Montero. La política sevillana ha sido prácticamente la única integrante socialista del Gobierno que ha intervenido en público en varias ocasiones durante sus vacaciones.
Aunque Teresa Ribera y Félix Bolaños intentaron la semana pasada sumarse a Montero, la titular de Hacienda lleva semanas intentando parar los golpes a Sánchez. En cualquier caso, la sensación es de cierto despiste de la parte socialista del Gobierno, algo que el PSOE debe corregir de inmediato. No hacerlo podría suponer más presencia política para Unidas Podemos, que podría comenzar a comer terreno a los socialistas.
No hay duda de que en septiembre, Pedro Sánchez debe tener resueltos estos silencios que pueden costar un deterioro importante de su imagen y la de su partido. Por ahora, el presidente del Gobierno permanece de vacaciones en Lanzarote y lo hará, al menos, hasta el próximo sábado. No será hasta el próximo día 24 cuando se reemprenda la actividad con los Consejos de Ministros de cada martes.
Entre entonces y mediados de septiembre, cuando se reanude la actividad en el Congreso, Sánchez deberá buscarse sustitutos fijos para Ábalos y Calvo. Los socialistas no se pueden permitir un arranque de legislatura con este 'agujero' que puede provocar que Sánchez haga aguas.