Hace menos de un mes el exministro de Sanidad, y hoy representante de PSC para las elecciones catalanas, Salvador Illa se mostraba seguro de que un confinamiento domiciliario no sería la respuesta a la pandemia en España. Pero lo cierto es que esta decisión ahora mismo permanece en el aire por un retraso en las dosis de las vacunas, que podrían llevar al gobierno a tener que volver a imponer la medida.
La confirmación efectiva del retraso de estas medidas preventivas hace temblar la intención del Ejecutivo central de vacunar al 70% de la población en verano. El gabinete de Pedro Sánchez ve con el rabillo del ojo la posibilidad de habilitar la medida de confinamiento para contener el desastre de la tercera ola, o una posible cuarta cercana a la época estival.
La postura del actual gobierno ha variado, ya que, aunque no se han delimitado unos datos para establecer el rango de pacientes a los que se pretende vacunar en verano, el escenario que se plantea tendrá tanto a la delegación económica como a la sanitaria trabajando con las horas contadas. Según ha consultado el gobierno a algunos de los principales sectores empresariales, se considera que no tomar medidas más estrictas puede condenar al turismo a una segunda temporada veraniega sin ingresos.
La idea de salvar el verano
España ha cancelado la mayoría de actividades vinculadas a Semana Santa por segundo año consecutivo, y es que la decisión se toma con la marca de la peor cifra de fallecidos en un solo día desde el pasado mes de abril, con más de 700. Una situación que pone en jaque a las autoridades españolas. El único baremo que se muestra optimista es el saldo positivo de altas frente al de ingresos.
A pesar de ello la tercera ola continúa recayendo sobre los mismos protagonistas que salvaron a la ciudadanía en las previas, los sanitarios y así lo muestran los datos que recogen la incidencia hospitalaria. La decisión de que Pedro Sánchez dejara en manos de las demarcaciones territoriales la gestión de la desescalada no parece convencer del todo a su equipo, que planteará recuperar algunas atribuciones determinadas durante el estado de alarma.
Hace ya varias semanas que algunas autonomías reclaman recurrir a los confinamientos domiciliarios, como ya sucede en otros países europeos y bajo las recomendaciones de la mayoría de expertos en materia. Con todas las cartas sobre la mesa, el comité sanitario español dirigido por Carolina Darias y Miquel Iceta, plantea un confinamiento domiciliario de corta duración, que dure de dos a tres semanas.
Diferentes ideas en diferentes territorios
Desde un primer momento las comunidades autónomas plantearon la posibilidad del confinamiento domiciliario, hecho que el gobierno no quería llevar a cabo por las consecuencias traumáticas que supone en la economía. Ante la negativa central, las demarcaciones territoriales solicitaron un adelantamiento en el toque de queda, motivo que llevó al gobierno a mostrar su firmeza para mantener unas reglas comunes para todos los territorios.
Desde la delegación sanitaria se ha visto necesario marcar un retraso a la hora de ejecutar el Plan de Vacunación a causa del retraso en la recepción de las dosis, un varapalo a la intención inicial del gobierno. En la actualidad el objetivo principal es garantizar la segunda inyección a todos aquellos ciudadanos que ya hayan recibido la primera, para proceder al siguiente grupo de riesgo.
La ministra de Sanidad, Carolina Arias, ha querido pronunciarse ante la diferencia de posturas entre las farmacéuticas y la Unión Europea, y recomienda a los territorios no iniciar procesos de prevención sobre nuevos pacientes. Augura que la situación española será complicada durante las próximas semanas.