La mascarilla se ha convertido en el complemento más importante del último año, pero para que sea eficaz es de vital importancia llevarla bien puesta. Tanto es así, que el mal uso de estos equipos de protección puede ser motivo para que te echen del trabajo. Así lo ha determinado un juzgado de Santander (Cantabria) que ha sido el encargado de declarar, por primera vez en España, el despido disciplinario de una trabajadora por esta razón.
Despedida por llevar la mascarilla por debajo de la nariz
Tal y como explican desde 'El Confidencial', el episodio tuvo lugar el pasado 27 de mayo, cuando una trabajadora de los supermercados Día se negó a colocársela bien.
Una clienta del establecimiento se dio cuenta de que la dependienta de la pescadería llevaba la mascarilla por debajo de la nariz y decidió trasladar su queja a la responsable.
La mujer y la supervisora se dirigieron a la sección donde se encontraba la trabajadora y le reclamaron que se pusiera bien el equipo de protección.
Sin embargo, la empleada se enfrentó con la clienta e incluso llegó a decirle «en tono amenazante» que si no le gustaba como llevaba puesta la mascarilla que se fuera. «Si quieres lo arreglamos en la calle, sin el uniforme».
La supervisora también intentó sin éxito que se pusiera bien el equipo de protección y los intentos para que se calmara tras recibir los avisos fueron inútiles.
Tres semanas después de que tuviera lugar este incidente, la empleada recibió una carta donde se le notificaba su despido disciplinario.
La empresa alegó que se había procedido a prescindir de los servicios de la mujer porque había cometido una falta grave al vulnerar las normas de seguridad, que incluyen el correcto uso de los equipos de protección individual. Además, la acusaron de faltar el respeto a los clientes, así como a un jefe o compañero.
Los motivos por los que fue despedida están tipificados en el catálogo de infracciones del convenio de Día, pero la empleada decidió presentar recurso por despido improcedente.
Despido procedente
La sentencia del juzgado número 6 de Santander, sin embargo, ha determinado ahora que la actuación de la dependienta debe encuadrarse dentro de las faltas muy graves porque «se encontraba prestando servicios con un producto no envasado, el pescado, por lo que las normas de prevención de riesgos laborales le obligan al uso correcto de la misma, tapando la boca y la nariz».
Así, el documento subraya que la empleada no solo no hace caso a su superior, sino que, además, se dirige a la clienta «en tono amenazante». Motivos suficientes para aplicar la sanción laboral más grave que es el despido disciplinario.
José Luis Peñin, abogado asociado a Abdón Pedrajas Litter, ha señalado a 'El Confidencial' que la «relevancia del pronunciamiento» está en la afirmación de la «gravedad de la desobediencia de un trabajador cuando está relacionada con la prevención de riesgos en su máxima extensión».
Trabajador despedido por negarse a desinfectarse las manos
El caso de esta mujer ha tenido lugar tan solo unos días después de que la justicia le diera la razón a una empresa por despedir a un repartidor de comida a domicilio que se negaba a desinfectarse las manos antes de manipular los paquetes que debía distribuir.
El empleado fue despedido el pasado mes de mayo, cuando se negó a lavarse las manos con gel hidroalcohólico antes de salir a entregar un reparto.
El trabajador impuso un recurso por despido improcedente, pero ahora la resolución del juzgado de Gijón no ha sido favorable para él. El juez ha considerado que su conducta ponía en riesgo la salud de las personas y ha subrayado su negativa a cumplir las normas.
De esta forma, se ha considerado que el empleado cometió «infracciones muy graves» y ha avalado el despido procedente marcado por la empresa.