El origen del coronavirus todavía sigue siendo un misterio aunque todo apunta a que su transmisión se produjo mediante un animal. Serpientes, murciélagos o pangolines fueron los primeros en ser señalados eludiendo así la responsabilidad que el ser humano podría haber tenido en la manipulación —en ocasiones rozando la ilegalidad como el tráfico de animales protegidos— de ciertas especies.
La Universidad de Ottawa (Canadá) ha sido la última en señalar a otro animal como el causante de la pandemia que avanza por todo el mundo en una investigación donde sugiere que los perros callejeros que se alimentaron de murciélagos pudieron haber sido los transmisores.
Un estudio realizado en China informó que el virus residía en los murciélagos y que posteriormente saltó en los pangolines. La venta en mercados de esta especie protegida provocó el salto del virus al ser humano. Sin embargo, investigaciones posteriores descartaron al pangolín como el causante debido a que, a pesar de tener un coronavirus semejante al Covid-19, faltaban similitudes para afirmar que fueron los transmisores.
La investigación de la Universidad de Ottawa sostiene que fue un coronavirus de murciélago el que infectó el organismo de los perros provocando una evolución del virus permaneciendo inmune al organismo. Posteriormente saltaría a las personas reforzado. La explicación a esta hipótesis reside en la investigación realizada donde hubo coincidencias en uno de murciélago estrechamente relacionado (BatCoV RaTG13) y en el de los perros que afecta a su sistema digestivo (CCoV).
Los seres humanos y mamíferos poseen una proteína centinela antiviral clave, llamada ZAP, encargada de vigilar los pulmones y capaz de detectar un virus y evitar su proliferación. Sin embargo, los coronavirus como el SARS-CoV pueden evitar la ZAP por lo que esta proteína no es capaz de detectarlo y eliminarlo.
Xuhua Xia, profesor de biología en Ottawa y un experto rastreador de coronavirus, ha descubierto que el SARS-CoV-2 y un coronavirus de murciélago (BatCoV RaTG13), son capaces de escapar de la detección del ZAP: «La supervivencia del virus indica que ha evadido con éxito la defensa antiviral mediada por la ZAP. En otras palabras, el virus se ha vuelto sigiloso y peligroso para los humanos» señala Xia.
Una vez examinados los perros, el profesor descubrió que tienen valores genómicos de CpG (señal que indica la presencia de un virus en el organismo) similares a los observados en SARS-CoV-2 y BatCoV RaTG13.
Repercusión en el sistema digestivo
Tras el análisis efectuado al aparato digestivo de los canes, se pudo averiguar que el virus había afectado más a los intestinos que a los pulmones, por lo que los sistemas digestivos de mamíferos probablemente sean un objetivo clave del coronavirus.
«Esto es consistente con un informe reciente de que una alta proporción de pacientes de Covid-19 también sufren molestias digestivas» asegura Xia donde «el 48,5% presentó síntomas digestivos como su principal queja».
El estudio realizado a doce pacientes contagiados por Covid-19 demostraron que estos padecieron molestias digestivas previas a la tos y la fiebre y las muestras de heces de siete de cada diez pacientes dieron positivo para SARS-CoV-2, incluidos tres pacientes con diarrea.
Las mascotas no son contagiosas
A pesar de que la investigación apunta a los perros como posibles transmisores de la enfermedad, el profesor Xia tranquiliza a la población sobre la posibilidad de ser contagiados por sus mascotas.
«Para transmitir SARS-CoV-2 de animal a humano, el animal tiene que tener una población del virus estable en un tejido abierto al medio ambiente. Por el momento, no hay evidencias de que eso ocurra en los perros. Esto podría decir que son inmunes a este virus o quizás que todavía no hemos buscado lo suficiente» explica.
Algunas ciudades chinas han actuado con rapidez y han comenzado a exterminar a los perros callejeros, una medida que los expertos no comparten: «No solo se pierde la oportunidad de detectar varios virus en perros callejeros, sino que también se comete una brutalidad injustificada».
Otra decisión tomada por el país asiático ha sido el de recalificar a los perros como mascotas y no como ganado para evitar así que ciertos grupos étnicos vendan y críen perros para su consumo.