Tras el hallazgo del cuerpo de Olivia en el fondo del mar, todas las esperanzas están puestas en encontrar a la pequeña Anna.
Aunque la jueza instructora del caso mantiene que «la hipótesis fáctica más probable respecto a Anna es, desgraciadamente, la misma» que la de su hermana, localizar a la pequeña sigue siendo una prioridad.
Desde el punto de vista psicológico, la familia de las niñas desaparecidas y presuntamente asesinadas a manos de su padre, Tomás Gimeno, necesita ese hallazgo para poder afrontar el duelo.
Especialmente en el caso de la madre de las pequeñas, Beatriz, que siempre se había mostrado convencida de que su expareja había huido con las hijas de ambos al extranjero.
Sin embargo, prácticamente desde el inicio de la investigación, los indicios de la Guardia Civil apuntaban a un posible parricidio. Sabían que la búsqueda tenía que centrarse en el fondo del mar, aunque no querían descartar otras posibles hipótesis.
Ahora, la jueza detalla que en su auto que el progenitor mató a sus hijas de 1 y 6 años en su casa. Un crimen que habría cometido con el único objetivo de provocarle un daño irreparable a su exmujer.
Su intención era que las pequeñas nunca fueran encontradas y así prolongar el sufrimiento de Beatriz ante la incertidumbre de no saber si las niñas estaban vivas o muertas.
La búsqueda continúa en el fondo del mar para encontrar a Anna y a Tomás Gimeno
El hallazgo de Olivia, que apareció en una bolsa de deporte lastrada al fondo del mar con el ancla de la embarcación, está siendo determinante para resolver el trágico caso.
Tras 44 días de intensa búsqueda, los investigadores empezaban a perder la esperanza de encontrar alguna pista relevante.
Tanto así que las labores a bordo del buque oceanográfico Ángeles Alvariño estaban previstas que terminasen el pasado lunes. Una decisión que cambió radicalmente tras hallarse en el fondo marino la botella de oxígeno y la funda nórdica pertenecientes a Tomás Gimeno.
Unos días después, los peores augurios se confirmaron al encontrar a la pequeña Olivia, que según los primeros informes habría fallecido de un edema pulmonar. Junto a ella, se encontraba otra bolsa de deporte rasgada que, según los investigadores, podría llevar en su interior a la pequeña Anna.
Por esta razón, las previsiones de la policía no son nada optimistas en cuanto al posible hallazgo de la pequeña. Se cree que se pudo haber salido de la bolsa y, al no estar lastrado, la complejidad de la búsqueda se multiplica.
Cabe recordar que la inspección del fondo marino está siendo toda una odisea para los investigadores. La orografía de la zona, la gran profundidad y la gran cantidad de deshechos y vertidos que hay acumulados han complicado mucho la investigación.
De hecho, se cree que no fue una zona escogida al azar por Tomás Gimeno. Tenía el objetivo de desaparecer del mapa sin dejar rastro y la intención de que sus cuerpos no fuesen encontrados para prolongar el sufrimiento de su exmujer.
La Guardia Civil apura los últimos días de búsqueda con un objetivo en mente
Pese a la dificultad de la búsqueda, la Guardia Civil está apurando los últimos días de búsqueda y centrando sus esfuerzos en buscar a Anna y a Tomás Gimeno.
El barco Ángeles Alvariño ya está nuevamente inspeccionando el fondo marino después de solventarse los problemas técnicos que impidieron continuar con la búsqueda durante el fin de semana.
Tras 13 días trabajando sin descanso las 24 horas al día, los investigadores se veían en la obligación de parar el sábado a primera hora de la mañana.
Una vez resuelta la avería, han vuelto este lunes al mar y seguirán trabajando a contrarreloj hasta el miércoles, cuando se prevé el fin de la búsqueda.