El cuerpo sin vida de Olivia, la menor de 6 años desaparecida en Tenerife ha sido de momento el único cadáver que se ha encontrado de la familia Gimeno. La Guardia Civil sigue la búsqueda de los cuerpos de Tomás y de Anna, su otra hija, pese a que algunos medios canarios habían informado la noche del jueves del hallazgo de los otros dos cadáveres.
Confirmada la teoría más dolorosa
Tras varios días de intensa búsqueda en esa área, los expertos encontraron una botella de oxígeno y una funda nórdica en el fondo del mar. Dos objetos que han sido claves para dar con el cuerpo de Olivia.
La Guardia Civil reforzó su teoría sobre el asesinato después del hallazgo. Los expertos señalaron que el hombre podría haber lastrado los cadáveres hasta el fondo del mar para que fuera más difícil dar con ellos.
Una hipótesis que finalmente ha sido confirmada este jueves, 10 de junio. Hace tan solo unas horas salía a la luz el descubrimiento del cadáver de Olivia, la mayor de las dos niñas, en el fondo del mar.
Difunden que la policía habría encontrado los cuerpos de Anna y de Tomás
El Juzgado de Güímar ha confirmado que el primer cuerpo encontrado pertenece a la primogénita de Beatriz Zimmerman.
El cadáver ha sido localizado durante la tarde este jueves a unos mil metros de profundidad. Se encontraba en el interior de una bolsa que estaba atada a un ancla. Junto a él los expertos se han topado con otra mochila vacía.
Los restos mortales han sido trasladados a tierra por una barca patrullera del Instituto Armado. Allí han sido analizados y se ha podido comprobar que pertenecen a Olivia.
Mientras el primer cadáver era examinado, los investigadores han continuado con el rastreo del fondo marítimo en la misma zona.
Una búsqueda con la que en un inicio varios medios informaron que se había conseguido dar con los otros dos cuerpos, un hecho no confirmado por las autoridades que mantienen la búsqueda de los cuerpos.
Las últimas horas de Tomás Gimeno
Los restos mortales han sido localizados a una milla náutica del puerto de Güímar. El lugar desde el que Tomás Gimeno partió la noche del 27 de abril en su lancha junto a dos petates militares y sin las niñas.
Las cámaras del lugar le grabaron a las 21:30 horas solo cargando dos maletas y varios bultos desde su coche hasta su lancha.
Para aquel momento ya había hablado con Beatriz por teléfono y le había amenazado diciéndole que no volvería a ver a sus hijas.
El progenitor de las menores hizo su primer viaje a alta mar sobre las 21:50 horas. La madre de las menores le llamó insistentemente tras la amenaza, pero él nunca descolgó el móvil. Después se quedó sin batería.
El hombre volvió a tierra una hora y media después, a las 23:30 horas. Se acercó hasta una gasolinera, donde compró un cargador y tabaco. Después regresó al puerto y le pidió al vigilante cargar el teléfono allí.
Fue entonces cuando habló por última vez con su exmujer. Le hizo creer que había acostado a sus hijas y que las llevaría de vuelta con ella al día siguiente. Algo que no sucedió.
Tomás volvió a adentrarse en el mar poco después y desde entonces no se había sabido nada de él ni de las menores. Hasta ahora.