Una operación antiterrorista en España logró desarticular el pasado viernes una peligrosa célula yihadista que planeaba un gran atentado. La policía detuvo en Barcelona a tres argelinos que habían entrado en España en vísperas de Navidad, y que quería emular los atentados que dejaron cuatro muertos y 23 heridos en Viena el pasado 2 de noviembre.
Según fuentes policiales, los terroristas llegaron a España en patera, entraron por Almería y llegaron hasta Barcelona en coche. Allí se instalaron en un piso con pasaportes falsos. El líder de la célula, un joven de 30 años, había expresado su intención de cometer un atentado en Europa.
El 2 de noviembre, en la capital austríaca, un terrorista salió a la calle armado con un fusil de asalto y un machete y mató a 4 personas, dejando a otras 23 heridas. Fue un atentado simple y con pocos medios, con armas compradas en el mercado negro. Y ese era precisamente el modelo que quería imitar el líder de la célula desarticulada hace unos días en Barcelona.
Dos de los terroristas se instalaron en la ciudad condal ayudados por un tercero que les buscó un piso. Los tres se encuentran en prisión provisional tras haber sido interrogados por el juez. Un cuarto terrorista logró cruzar la frontera hasta Francia, donde fue detenido por las autoridades. Además, el líder de la célula había estado combatiendo con el Daesh en Iraq.
Los investigadores descubrieron que ese individuo había manifestado con anterioridad su intención de atentar en suelo europeo. Esa fue la pista que les llevó hacia ellos y les permitió conocer de la inminente llegada a España de un terrorista potencialmente peligroso, junto con uno de sus compañeros, un joven de 26 años radicalizado.
Los tres terroristas solían hablar de atentados recientes como el de Viena y se inspiraban en ellos para planear un atentado. También se habían fijado en el ataque en Niza el verano de 2016. Su intención era cometer el atentado con armas blancas, y hablaban de Francia como posible escenario de su ataque.
En el momento de la detención vivían como okupas junto con otra persona que no tenía nada que ver con ellos. Todos ellos tenían identidad falsa y antecedentes policiales. La rápida actuación de la policía logró evitar el atentado, ya que a los terroristas no les había dado tiempo de planear nada.
Tras la pista de los terroristas
Los investigadores tratan ahora de seguir el camino de estos yihadistas para llegar hasta su origen. De momento, saben que el cabecilla estuvo combatiendo dos años en las filas del Estados Islámico en Iraq. en 2018 intentó entrar en Europa desde Turquía de manera clandestina, y allí fue interceptado y expulsado a Senegal.
Desde allí se movió hacia otros países hasta volver a su tierra natal, un camino durante el cual continuó con su activismo yihadista. Al llegar a Argelia se integró en la organización Al Katibet Ghoraba, filial del Daesh contra la cual se han llevado a cabo operaciones policiales en los últimos días. Desde entonces siguieron sus pasos y desde Navidad vigilaron el piso donde estaba viviendo en Barcelona.
Según fuentes policiales, los yihadistas habían tomado fuertes medidas de seguridad para que nadie pudiera detectarles. El cuarto integrante de la célula se desplazó a Francia para preparar el terreno de cara a un futuro atentado. Se trata de un menor de edad, también argelino, que fue detenido por las autoridades francesas tras el aviso de la policía española.
Los agentes adelantaron la operación de detención por la llegada del temporal Filomena, temiendo que el bloqueo de las conexiones pudiera ir a favor de los terroristas. En el registro del inmueble no encontraron armas ni dispositivos o material para fabricar explosivos. Sí que incautaron material electrónico que será analizado por los especialistas en la lucha antiterrorista contra el yihadismo.