A pesar de toda la polémica que ha conllevado, la salida de los niños, como el permiso para hacer deporte y los paseos familiares, son medidas de la desescalada que no preocupan tanto al Gobierno como la apertura de empresas y comercios y el impacto que pueda tener en las aglomeraciones en el transporte público en la hora punta.
Esto es lo que se ha tenido en cuenta a la hora de elaborar el plan de desescalada que estaba previsto para dentro de unas semanas y que finalmente se presenta hoy. En concreto, el plan del Gobierno pasa por fijar horarios para los paseos a partir del sábado y, más adelante, para la apertura de empresas y comercios.
El plan ha sido elaborado por un equipo de miembros del Gobierno e incluye el escalonamiento de la hora punta para evitar las aglomeraciones en el transporte público. Con el fin de «laminar la hora punta», el ejecutivo plantea reforzar el transporte público y su frecuencia y marcar horarios para los distintos sectores.
La primera medida tiene que ver con la ampliación de oferta de transporte público para que los convoyes vayan más vacíos y se puedan respetar las distancias de seguridad. La segunda pretende marcar diferentes prioridades y horarios: primero manufacturas y construcción, luego supermercados, y más tarde los comercios.
Así se conseguirá, según el ejecutivo, segmentar la hora punta, que es la gran prioridad. La otra preocupación del Gobierno es evitar las aglomeraciones en comercios y locales, para lo cual se prevé fijar límites de aforo y conseguir que no estemos todos en un mismo sitio a la misma hora.
En este sentido, por ejemplo, primero abriría fábrica y obra; luego, supermercados (a las 10.00); más tarde, resto de comercios.
El ministro de Transporte, José Luis Ábalos, está trabajando en la preparación de un plan para garantizar la seguridad en el transporte público a partir de tres medidas: aumentar la oferta de la movilidad, escalonar la demanda y establecer medidas de protección. Por eso, según el ministro, las nueva normativas laborales irán acompañadas de otras sobre el uso del transporte público y el fomento de vehículos privados.
Durante la crisis del Coronavirus el transporte público ha sido uno de los grandes afectados, tanto por la lógica reducción de movilidad por las medidas de confinamiento como por el miedo de mucha gente a ir en metro o autobús. Los ferrocarriles de larga distancia han perdido un 98% de la demanda, mientras que la caída de usuarios en Cercanías ronda el 90%.
A la espera de lo que aprueben hoy en el Consejo de Ministros sobre la desescalada, el ministro Ábalos avanzó que el objetivo es lograr niveles de actividad equivalentes a los anteriores a la pandemia pero con cifras de movilidad reducidas.