Tras dos meses de confinamiento, 195.351 casos confirmados y 26.384 muertos, Italia vuelve a mirar con esperanza al futuro tras hacer público el Gobierno de Giuseppe Conte el inicio del plan de desescalada que empezará el próximo 4 de mayo con el permiso para hacer visitas a los familiares y la apertura de parques y jardines.
El gobierno italiano contempla para la primera fase de la vuelta a la normalidad el permiso para hacer actividades físicas al aire libre y celebrar funerales siempre que no superen las 15 personas, en la línea de la prioridad que fijan las autoridades de evitar las aglomeraciones para limitar los nuevos contagios.
Por eso llevar mascarilla y respetar la distancia social no serán recomendaciones, sino obligaciones. Para facilitar el uso de material de protección el gobierno italiano fijará el precio máximo de las mascarillas en 0,50 euros.
El Ejecutivo presidido por Giuseppe Conte recuerda que el 4 de mayo todavía no habrá libertad total de movimiento y que no estarán permitidas las reuniones sociales, apelando también a la responsabilidad de los ciudadanos. Dentro del plan de desconfinamiento se prohíbe cambiar de región y sólo se podrá viajar dentro de ella por motivos laborales, sanitarios o de necesidad.
Las personas con más de 37,5 grados de fiebre tendrán que permanecer en casa, evitar los contactos sociales y llamar al médico, y los restaurantes podrán abrir pero solo estará permitido encargar comida para llevar. El 4 de mayo volverán a la normalidad los sectores de la construcción, el comercio mayorista y las manufacturas, pero deberán garantizar las medidas de seguridad adecuadas a sus trabajadores.
El Gobierno de Conte da por hecho que durante esa segunda fase de la epidemia los contagios volverán a subir: «Es un riesgo que existe y que tenemos que asumir con responsabilidad». Ha llamado a esta nueva etapa como «fase de convivencia con el virus» y ha decretado su vigencia hasta el 18 de mayo.
Si esta primera fase funciona y las personas reducen al máximo el contacto social, el Gobierno prevé entonces una nueva fase de desescalada con una nueva relajación de las medidas, como abrir el comercio minorista, los museos y las bibliotecas, e incluso los partidos en los estadios deportivos aunque aún no hay una fecha para la vuelta de las competiciones.
En una nueva fase prevista para el 1 de junio se prevé la apertura de los bares y restaurantes, así como los centros de estética y cuidado personal como peluquerías y centros de estética y masajes. Por lo que respecta a las escuelas, la actividad docente se reanudará en septiembre y el gobierno planea la contratación de 24.000 profesores.
Para amortiguar los efectos de la crisis económica causada por el Coronavirus, el gobierno italiano prevé la inyección de 25.000 millones de euros en un primer paquete de medidas y 400.000 millones en créditos para las empresas. También está pendiente de aprobación un plan de ayuda a autónomos, empresas y familias valorado en 55.000 millones de euros.