Suecia ha vivido una auténtica montaña rusa en cuanto a la gestión de la pandemia de coronavirus se refiere. En la primera ola, al contrario del resto de Europa, decidió ir por libre, no imponer confinamientos severos y confiar en el comportamiento de sus ciudadanos para evitar los contagios.
Esa táctica pareció funcionarle al país, para sorpresa de casi todos los expertos mundiales que alertaban del peligro de una decisión de este tipo, y Suecia consiguió contener la primera ola sin encerrar a la gente en sus casas, aunque por el cierre del resto de países su economía se vio igualmente afectada.
Cuando empezó a llegar la segunda ola, las autoridades suecas decidieron seguir el mismo modelo que ya les había funcionado, pero esta vez la situación no fue tan bien contenida y los casos empezaron a acumularse en el país nórdico.
A raíz de esto, Suecia es el país del norte de Europa que más casos y muertos ha tenido por Covid-19, y con mucha diferencia respecto a sus vecinos. Uno de los máximos responsables de la gestión de la pandemia, Dan Eliasson, lleva meses al frente de la primera línea de batalla contra el virus y en las últimas semanas había animado a los ciudadanos suecos a minimizar al máximo sus interacciones sociales y su movilidad en un intento por parar al virus sin tener que recurrir al tan temido confinamiento.
Incluso pidió a los suecos que no viajasen salvo causas de extrema necesidad durante las fiestas, razón por la que en las últimas horas se ha convertido en el foco de todas las críticas. Eliasson no predicó con el ejemplo y, al contrario de lo que pedía, fue pillado en las Islas Canarias de vacaciones mientras pedía al resto del país que se quedase en casa.
La prensa sueca fotografió a Eliasson en el aeropuerto de Las Palmas, lo que llevó a gran parte del país a criticarle y pedir explicaciones. Él defiende que se encontraba en Canarias por motivos familiares y que siguió trabajando desde allí, ya que fue a visitar a su hija, a la que hacía tiempo que no veía porque había cancelado varios viajes previamente.
Un viaje para visitar a su familia
El jefe de la Agencia de Contingencias Civiles de Suecia explicó que había «renunciado a muchos viajes durante esta pandemia», pero que pensó que este viaje sí era necesario para poder ver a su hija, que vive en Canarias. «Celebré la Navidad con ella y mi familia», explica para el diario 'Expressen', y alegó que su viaje no fueron unas vacaciones porque él siguió trabajando desde la distancia.
Sus explicaciones no han acabado de convencer a la sociedad de un país que está muy dividido en cuanto a la pandemia. El hecho de haber evitado un primer confinamiento reforzó la confianza de los suecos en sus gobernantes, pero cuando las cifras de Suecia empezaron a dispararse mucho respecto con las de sus vecinos del norte, las críticas empezaron a aflorar.
Hasta la fecha se han confirmado ya 437.000 casos de Covid-19 en el país, una cifra muy superior a los 170.000 que ha notificado Dinamarca, los 51.000 de Noruega y los 36.000 de Finlandia. En cuanto a la cifra de fallecidos, las proporciones son similares: Mientras en Suecia han fallecido 8.700 personas por el Covid-19, los otros tres países juntos apenas alcanzan las 2.500 víctimas.
Estos datos también se han utilizado en muchos países para justificar los cierres, las restricciones y los confinamientos, asegurando con son decisiones duras para los gobiernos y los ciudadanos por la obligación de quedarse en casa o de cerrar temporalmente los negocios, con el impacto que eso genera en la economía, pero que son medidas necesarias para salvar vidas.