La pandemia de COVID-19 sigue azotando nuestro país, aunque por suerte la situación ha cambiado mucho. La quinta ola, que ya ha dejado a España por encima de los 700 casos de incidencia, no está provocando tantas muertes. Los contagios se siguen sumando a decenas de miles cada día, pero los hospitales están aguantando.
En algunas zonas, la situación se descontroló de tal manera que incluso se ha notado su incidencia en las UCI. Pero aun así, las muertes por COVID han bajado mucho. La razón a este descenso la encontramos en las vacunas, ya que la población más vulnerable a la enfermedad ya ha sido inmunizada.
España avanza en la vacunación
Según el último informe de Sanidad, del 26 de julio, gran parte de la población adulta está vacunada. El 92 % de los mayores de 40 años tiene al menos una dosis, mientras que el 86 % ya tiene las dos.
Esto significa que, aunque enfermen, las probabilidades de sufrir un caso grave de la enfermedad disminuyen considerablemente. Y eso se está notando en los hospitales, que están aguantando mejor la embestida de la quinta ola.
La vacunación es el principal motivo por el que esta ola no está siendo como las anteriores. Ni las que puedan venir después lo volverán a ser tampoco. La pandemia de COVID como la conocimos hace un año difícilmente volverá a repetirse.
Solamente la aparición de nuevas variantes que se salten la inmunidad de las vacunas podría poner en peligro el control de la pandemia. De momento, Delta es la que se está convirtiendo en mayoritaria en nuestro país. Es una variante mucho más transmisible, pero que, en principio, también sucumbe ante la vacuna.
Los efectos secundarios de Pfizer más comunes
Algunos laboratorios han admitido que la vacuna ha perdido algo de eficacia contra la variante Delta. Pero no lo suficiente para que sus sueros hayan dejado de funcionar. De hecho, de momento todas las vacunas son eficaces contra todas las variantes.
Dos dosis de Pfizer, por ejemplo, mantienen una respuesta neutralizante en el 95 % de los casos ante Delta. Pero su buena acogida no impide que las personas desarrollen algunos efectos secundarios, como para cualquier otro medicamento.
Con el paso del tiempo, el laboratorio va actualizando la lista de efectos secundarios, ya que se realizan estudios constantemente. Esta vez, Pfizer ha querido dejar claro cuáles son los síntomas más frecuentes tras ponerse su suero.
El más frecuente de los efectos secundarios de Pfizer es el dolor en el lugar de la inyección. De hecho, este efecto no es nuevo, y además lo comparte con todas las demás vacunas. El 80 % de los vacunados han admitido haber sentido dolor en el brazo tras el pinchazo.
El siguiente en la lista es la fatiga o sensación de cansancio, que afecta al 60 % de los vacunados. De nuevo, es un efecto que ya se incluía en la ficha técnica y que comparte con otras vacunas, como Moderna.
La cefalea o dolor de cabeza también es habitual, ya que afecta a la mitad de las personas que reciben el suero. Por detrás quedan las mialgias y escalofríos (30 %) y las artralgias —dolor en las articulaciones— (20 %).
El último de los síntomas más comunes, en un 10 % de casos, es la fiebre o la inflamación en el lugar de la inyección.
Según el laboratorio, la mayoría de síntomas son de intensidad "leve o moderada" y desaparecen a los pocos días. Además son más frecuentes después de la segunda dosis que durante la primera. Y mientras más edad tiene el paciente, menos frecuente es que se sufran.
Nuevos efectos secundarios de Pfizer
Pero la empresa ha añadido ahora nuevos efectos secundarios detectados tras realizar varios estudios. Uno de ellos, y que ya fueron notificados hace algunos días, son los casos de miocarditis o periocarditis.
Se trata de leves inflamaciones en las membranas del corazón que se pueden producir después de los pinchazos. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ya ha alertado de su inclusión en la ficha técnica.
El perfil del paciente que más probabilidades tiene de sufrir cuadros así es el del hombre joven. Suelen aparecer, si es que lo hacen, tras la segunda dosis y durante los 14 días que siguen al pinchazo.
¿Y cómo detectar si se está sufriendo uno de estos cuadros?. Según la AEMPS, los síntomas pueden ser variables: dificultad para respirar, palpitaciones, ritmo cardíaco irregular y dolor pectoral.
En cualquier caso, la AEMPS recuerda que la frecuencia de estos casos es muy baja. Y añade que, generalmente, se comportan de forma benigna y no comportan gravedad para los afectados. Además, insisten en que el balance entre "riesgo/beneficio" de las vacunas frente a la COVID sigue siendo favorable.