El precio del barril de petróleo West Texas Intermediate (WTI), de referencia para Estados Unidos, ha experimentado este lunes una jornada sin precedentes en la que ha llegado a situarse en terreno negativo por primera vez en su historia.
En concreto, el precio de los contratos de futuros del WTI con entrega en mayo ha llegado a cotizar en los -40,08 dólares por barril, frente a los +18,27 dólares registrados al cierre del viernes.
Por el contrario, el precio de los futuros de petróleo WTI de junio se ha mostrado más estable durante la jornada. La caída este lunes ha sido de cerca del 13%, hasta situarse en torno a los 21,78 dólares el barril.
De esta forma, los mercados de petróleo estadounidense han experimentado lo que se conoce como «contango», que se produce cuando el precio futuro cotiza a un precio más elevado que el actual.
La caída de la demanda por el coronavirusCovid-19, junto con el bajo precio registrado por el crudo en los últimos meses ha provocado que el almacenamiento escasee. Esto, unido a que este martes expira el periodo de negociación de los contratos de futuros con vencimiento en mayo, ha propiciado la jornada bajista, en la que se han ido superando récords de forma consecutiva.
El petróleo ha caído primero hasta mínimos desde 1999, aunque luego ha seguido descendiendo hasta precios nunca vistos de la crisis del petróleo de 1973, provocada tras la guerra de Yom Kippur. Finalmente, el crudo ha entrado en terreno negativo y ha seguido profundizando su caída.
Desde que se negocian los contratos de futuros del WTI, algo que comenzó en 1983, nunca antes había caído el precio de los futuros por debajo de los 10 dólares.
«Los futuros del WTI de mayo están experimentando ventas masivas, ya que expiran mañana. Todos los inversores que no quieran entrega física necesitan vender el contrato de mayo antes de su vencimiento. Además, no hay compradores físicos para este contrato ya que las capacidades de almacenamiento en EEUU han alcanzado su máximo», ha explicado el gestor de Vontobel AM, Michel Salden.
La semana pasada, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) calificó 2020 como «el peor año de la historia para el petróleo» y se refirió al presente mes como «abril negro», alertando, además, de que el exceso de oferta pondría a prueba la capacidad mundial de almacenar crudo, con el riesgo de que la saturación en algunos yacimientos obligue a parar la producción.
A su vez, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) pronosticó que la demanda de crudo descendería en torno a 20 millones de barriles por día en abril. En el conjunto del año, la demanda se reducirá en 6,91 millones de barriles por jornada.