El Plan de Navidad aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez junto con las comunidades autónomas ha quedado a merced de los malos datos que en los últimos días está registrando nuestro país en lo que a nuevos contagios por Covid-19 se refiere. El acuerdo por el cual se flexibilizaban algunas medidas de cara a las fiestas navideñas se realizó cuando la segunda ola parecía estar controlada, sin embargo la situación epidemiológica ha dado un giro preocupante.
A pocos días para que den comienzo las primeras comidas y cenas navideñas, los epidemiólogos no ven prudente que se permitan desplazamientos, reuniones con familiares ni relajamiento en las medidas de seguridad teniendo en cuenta el aumento de contagios y la velocidad en la que el virus se está propagando.
La mejor opción es cancelar la Navidad
Tal y como han explicado los expertos consultados por 'El País', las fiestas que están próximas a llegar deberían reducirse tan solo a las familias de convivientes y evitar desplazamientos. El objetivo es claro: evitar la tercera ola. Mientras que en España se estudiaba la posibilidad de flexibilizar algunas medidas, otros países de la Unión Europea como Holanda, Reino Unido o Alemania, han tomado la drástica decisión de endurecer las restricciones.
En nuestro país, desde Sanidad se aconsejó en el Consejo Interterritorial celebrado el pasado miércoles, 16 de diciembre, que las comunidades autónomas que tuvieran una situación epidemiológica más grave aplicaran medidas restrictivas más duras. Así fue el caso de Baleares y Canarias que, días antes de la reunión con el Ministerio, ya habían tomado cartas en el asunto.
Otras regiones, en cambio, están aún esperando para decidir si endurecen las medidas o no. Parece que no se atreven a tomar una decisión definitiva pensando únicamente en los efectos que tal decisión podría tener tanto en la economía como en la población: «No me cabe duda de que todos los que toman decisiones están planteándose ser más restrictivos, pero es una decisión difícil, que tiene también unos costes económicos y sociales» explicó Javier del Águila, experto epidemiólogo.
Celebrar la Navidad en familia «no compensa»
Son varios los expertos en la materia los que opinan que las reuniones con familiares para celebrar la Navidad no compensa el «enorme riesgo» que esto supone ante la llegada de una tercera ola. Un nuevo aumento de contagios que podría ser mucho más grave que los que hemos tenido ahora y que llevarían, sin duda, a un colapso de la sanidad y, posiblemente, a unas restricciones mucho más duras.
Desde que dio inicio la pandemia, todas las decisiones que se han llevado a cabo para intentar frenar los contagios han pasado por un debate sobre el coste económico que esto podría acarrear. Un grave error a ojos de los epidemiólogos pues debe primar antes la salud. Además, la nueva ola de contagios podría coincidir justo con el inicio de la vacunación contra el coronavirus, lo que provocaría una dificultad todavía mayor para los sanitarios.
«La vacuna la tienen que aplicar profesionales que en un hipotético aumento de casos estarían saturados y atendiendo a pacientes de covid. El objetivo es llegar al plan de vacunación con la menor carga asistencial posible. Y para eso hay que revisar el plan navideño y, en aquellos lugares que estén en el máximo estado de alarma según el semáforo de Sanidad, ser muy restrictivos» explica José Martínez Olmos, profesor de la Escuela de Salud Pública de Andalucía.
Lo mejor es evitar los desplazamientos
Se ha llegado a la Navidad con el peor escenario posible. En un momento en que la incidencia acumulada y la velocidad de transmisión se han disparado, resulta incomprensible poder celebrar las fiestas navideñas como si el virus no estuviera presente. Por ello, los epidemiólogos hacen un llamamiento.
«Sabemos que hay dos cosas que favorecen la transmisión del virus: la movilidad y los espacios cerrados. Esto deberíamos evitarlo» sugiere Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología. Justamente la movilidad y los espacios cerrados son dos de los puntos que el Plan de Navidad aprobado por el Gobierno y autonomías pretende flexibilizar.
En una semana comenzará una peregrinación de ciudadanos dispuestos a reunirse con sus familiares en los hogares cerrados donde sin duda las medidas de seguridad serán muy difíciles de controlar. No hay mejor ejemplo que mirar lo que están haciendo otros países vecinos que están en las mismas circunstancias que nosotros, como Holanda o Alemania donde han optado casi por un confinamiento total antes de Navidad.
«Habría que reforzar el mensaje de que no hay que viajar y que lo ideal sería que tampoco se juntaran núcleos distintos de convivencia» opina la catedrática de Salud Pública de la Universidad de Valencia, Ana María García. Todos los expertos coinciden en el plan de Navidad aprobado hace unos días «ya no funciona» con la situación que actualmente tenemos y que habría que modificarlo.
Daniel López Acuña, exdirector de emergencias de la Organización Mundial de la Salud es contundente y opta por no ver a la familia estas navidades: «El virus no toma descansos. Podemos hacer videoconferencias y ya nos veremos el año que viene. Este debería ser el mensaje que transmitan las autoridades, porque de lo contrario nos vamos a ver en una situación muy difícil y nada propicia para las vacunaciones».