La aparición de candidatura de ministros a importantes cargos en Europa aparecen justo en el momento que el que se especula sobre la posibilidad de que Pedro Sánchez modifique su Gobierno después de verano, algo que ha dado pie al presidente a pensar seriamente en una reestructuración para zanjar la primera gran crisis de la legislatura.
El probable nombramiento de varios de sus ministros será su coartada para pasar facturas y premiar lealtades en la primera prueba de fuego del gobierno de coalición, que ha tenido que enfrentarse ni más ni menos que a la peor crisis sanitaria y económica durante muchas décadas en España. En este contexto, el presidente ya ha decidido a quién va a sacrificar.
En el plan de Sánchez está la renovación en la portavocía del Gobierno y el cambio en tres importantes ministerios: Industria, Ciencia e Innovación, y Economía. Y la primera afectada por estas decisión sería la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, que sin embargo podría mantener su cartera en Hacienda.
El presidente del Gobierno está insafecho con el papel de María Jesús Montero durante la crisis en la portavocía, y planea apartarla de ese cargo para que pueda centrarse en las tareas de Hacienda en vistas a la preparación de los Presupuestos Generales del Estado.
Otra ministra que seguiría sus pasos sería de la Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, que ha acabado de perder la confianza del presidente a raíz de la crisis de Nissan. El cambio de Reyes Maroto vendrá acompañado de un relato sobre la reindustrialización verde, eficiente y que trabaje por el reequilibrio territorial y serviría para reforzar la imagen de un nuevo comienzo ligado a la recuperación que quiere vender el Gobierno.
Pero además, la reforma del Gobierno tiene otra intención, escenificar el ahorro institucional, y para ello Sánchez pretende aprovechar la candidatura de Pedro Duque a la Agencia Espacial Europea (ESA) para fundir el ministerio de Ciencia e Innovación con el de Universidades, cuyo titular es Manuel Castells.
Otros ministros que estos días han sonado para cargos europeos son la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que podría presidir el Eurogrupo, y la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, candidata a la presidencia de la Organización Mundial (OMC) del Comercio. Sus casos, como el de Duque, se resolverán a partir del 8 de julio.
Fuentes de Moncloa aseguran que el presidente de momento está a la espera, pero que es consciente de la oportunidad de oro que se le presenta para que España vuelva a recuperar prestigio en las instituciones europeas y, de paso, le permita abrir una renovación en el Gobierno para relanzar su proyecto tras el coronavirus.
Equilibrio con Podemos
Por lo que respecta a la ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, cuenta con la ventaja de haber sido portavoz de Comercio de la Comisión Europea durante tres años, de 2002 a 2005, y jefa de gabinete en la OMC hasta 2013, además de hablar con fluidez 5 idiomas.
En cuanto a la viceministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, es la imagen ideal para promocionar la versión inversa y femenina de los «hombres de negro» que Europa envía para controlar las cuentas en España, un papel que podría representar muy bien a tenor de la disputa mantenida con Pablo Iglesias en torno a la cuestión económica.
Precisamente, la salida de cuatro ministros (Pedro Duque, Arancha González Laya, Reyes Maroto y Nadia Calviño) equilibra aún más los ministerios entre socialistas y podemitas, algo que ya está en el acuerdo de gobierno, y según fuentes cercanas al presidente, Sánchez no planea por ahora sacrificar a ministros de la formación morada.