Cada verano los pensionistas reciben lo que comúnmente se conoce como «la extra de verano» que supone un pago adicional de la pensión que reciben habitualmente cada mes. Pero con la vuelta a la «nueva normalidad» cada vez más cerca tras el control de la pandemia provocada por el Covid 19, podría haber algún cambio respecto a la percepción de las llamadas pagas extra.
Por regla general todos los pensionistas reciben una compensación extraordinaria los meses de junio y diciembre, aunque este año no todos los pensionistas las recibirán, en concreto aquellos jubilados que los estén como consecuencia de un accidente de trabajo o enfermedad profesional que acabe derivando en una incapacidad permanente total se quedarán sin ver esas pagas en sus cuentas corrientes.
La razón reside en que las pagas extraordinarias de estos pensionistas ya se ingresan de forma prorrateada durante todo el año a diferencia de las 14 pagas que reciben el resto de jubilados. Las pensiones que se han producido como consecuencia de una incapacidad permanente total no cuentan con ingresos extra y cada mes cobran la misma cantidad.
Lo que ocurre con el resto de pensiones es que cuando llegan los meses de junio y diciembre, las personas beneficiarias de ellas reciben una compensación extra que equivale al doble de la cantidad que reciben de forma mensual, lo que significa que si una persona jubilada tiene una pensión de 1.000 euros al mes, en junio y diciembre cobra 2.000 euros.
Muchos son los jubilados que siguen con incertidumbre el efecto que la pandemia está provocando y la crisis económica que puede acabar acarreando debido a la gran pérdida de trabajos y poder adquisitivo. El Gobierno deberá hacer frente a un gran desembolso económico con tal de sacar al país de la crisis que podría acabar afectando de forma negativa a la sostenibilidad del sistema de pensiones en España, que ya estaba en déficit antes de la llegada del virus.