Los profesionales sanitarios españoles siguen intentando, en plena segunda ola, concienciarnos a través de sus testimonios de lo dura que está siendo la lucha contra el coronavirus en los hospitales. Es el caso de Pedro, un enfermo que ha escrito una emotiva carta con varias historias vividas por él y cinco de sus compañeros y que muestra, según explica a 'Informativos Telecinco', el día a día de los peores momentos de esta pandemia.
Sus palabras son el fiel reflejo de como los sanitarios estan sufriendo como los que más una situación pandémica que sin duda es la peor experiencia vivida hasta ahora en sus carreras profesionales. Pedro explica como «el peor de tu vida profesional se convierte en el peor día de tu vida personal». Su día a día es hablarles a los enfermos para que no se sintieran solos sin poder ser visitados por sus familiares.
Y él no puede evitar recordar algunas historias que le han marcado y le sumieron en un mar de lágrimas a lo largo de estos meses. Una la de José, quién le llegó a rogar que le permitiera hacer una llamada a sus hijos para poder despedirse de ellos por si no salía nunca más del hospital.
Pero no solo las historias de los pacientes han sido recogidas por Pedro en su carta. También recuerda como vio romperse a llorar a su compañero José Carlos cuando se cumplían 6 meses sin parar de trabajar en una UCI dentro de un traje de buzo. Como otros muchos sanitarios, Pedro sigue insistiendo en que es necesario no perderle el respeto al virus y que es necesario que todos seamos precavidos y respetemos las medidas de seguridad para ganar esta batalla.
Las imágenes de una enfermera que demuestran la dureza de su trabajo
Otro ejemplo de sanitarios que están en plena lucha contra el virus es Anna Fibla Richard es una enfermera del hospital comarcal de Vinaroz, en la provincia de Castellón. El pasado domingo, tras una jornada la laboral en este centro sanitario, decidió subir a las redes una imagen de su cara con todas las señales que le deja las protecciones faciales que se ve obligada a llevar durante horas.
Las marcas rojas, derivadas del uso del equipo de seguridad que tiene que llevar como profesional sanitario, invadían su cara, visiblemente cansada tras una jornada laboral.
La fotografía iba acompañada de un mensaje muy directo, dirigido especialmente a quienes ignoran la labor de los profesionales sanitarios y hacen caso omiso de la normativa vigente para frenar los contagios por Covid-19.
«A todos los que esta noche o cualquier otra decidís hacer un encuentro pensando que la cosa no es tan grave como nos hacen creer, ¡gracias!», comenzaba irónicamente el texto.
«Nosotros seguimos aquí, viendo cada día como la gente muere, lo hacen solos, y muchas veces solo les podemos dar la mano para que noten que tienen a alguien al lado que les acompaña en el último viaje», añadía esta enfermera mostrando sus sentimientos y los de todos sus compañeros que, día tras día, ven desde dentro como la situación empeora.
Pero no solo ella, otros profesionales han querido dar ejemplo para demostrar que el virus nos puede golpear a todos. Es el caso de Óscar, un joven farmacéutico de solo 32 años que ha tenido que luchar duramente contra el virus.
Tras contagiarse el pasado mes de septiembre fue ingresado en un hospital de Sevilla y acabó por entrar en la UCI. Sin embargo, su situación iba a peor y tuvo que ser llevado hasta la UCI del hospital Vall d'Hebron, en Barcelona, para recibir la asistencia que su caso requería. Presentaba fiebre alta, incluso con alucinaciones y delirios, además de muchos otros problemas. Ahora puede explicar su lucha una vez superó la enfermedad que le llegó a tener una semana en coma