La llegada de las vacunas, a finales del año pasado, generó una gran esperanza como revulsivo para superar la pandemia del coronavirus. Meses después, España empieza a ver la luz al final del túnel, pero el camino para llegar hasta aquí ha sido más difícil de lo que en principio parecía. Aunque algunos ya veían lo que podría ocurrir.
Es el caso del doctor Pedro Cavadas, el famoso cirujano valenciano que se hizo famosos por ser uno de los primeros en vaticinar la primera oleada en España. Cuando todos le tomaban por loco, advirtió que lo que estaba viniendo era algo muy gordo y que dejaría miles de contagiados y fallecidos. Y desafortunadamente, acertó.
Unos meses más tarde, en octubre de 2020, el doctor Pedro Cavadas visitó el plató de El Hormiguero para dar su opinión sobre las vacunas. Aquella entrevista fue vista por cuatro millones de espectadores, que hoy recuerdan sus palabras como otro vaticinio: «Si queremos algo rápido hay que aceptar que no va a ser tan seguro, y que aparecerán efectos adversos».
En aquellos momentos se estaban ultimando los últimos ensayos de las primeras vacunas que se aprobaron. El hecho de que por primera vez en la historia se hubiera sacado una vacuna en menos de un año, cuando lo normal es un mínimo de cinco, generaba dudas sobre la seguridad. Según el doctor Cavadas, en una situación excepcional «no habrá que alarmarse tanto y aceptar que al que le toque le ha tocado».
El 27 de diciembre empezó la vacunación en España, y en febrero aparecieron los primeros casos de reacciones adversas graves. Desde entonces ha habido ya varios casos, algunos con resultado de muerte, aunque las autoridades sanitarias sostienen que los beneficios son mayores que los riesgos. El doctor Cavadas lo tenía claro antes que nadie: «Una vacuna para que esté, siendo realista, antes de un par de años, no me la creo».
Los efectos secundarios de las vacunas
Los efectos secundarios aparecidos con las vacunas de AstraZeneca y Janssen dan la razón al cirujano. Los últimos estudios oficiales admiten una relación entre la vacuna y los efectos adversos graves, aunque también señalan su menor proporción en comparación con los casos que cabría esperar en el común de la población. Es decir, como decía Pedro Cavadas en octubre, el riesgo existe y hay que asumirlo.
Según las investigaciones realizadas hasta ahora, un componente en el coadyuvante de AstraZeneca y Janssen podría estar detrás de la mala coagulación que provoca los trombos. Esto indicaría que las vacunas que utilizan el mismo método estarían bajo sospecha, mientras que las de ARN mensajero, como Pfizer y Moderna, serían más seguras. Pero son conclusiones que aún se tienen que confirmar.
El propio Pedro Cavadas se inyectó la vacuna del coronavirus, aunque dijo que lo hizo más por responsabilidad que por convicción: «Hay que ponérsela». Quería así desmarcarse de cualquier relación con los antivacunas. Lo que estaba planteando era, simplemente, una duda científica, la realidad de que para sacar una vacuna con plenas garantías se necesitan, como mínimo, dos años. Y la del coronavirus salió en menos de uno.
Las vacunas del coronavirus siguieron el protocolo de seguridad a rajatabla y siguieron todas las fases de los ensayos, una por una. Sin embargo, acortaron los tiempos, y esto aumenta el riesgo de aparición de efectos secundarios inesperados. Aun así, cinco meses después de haber empezado con la vacunación, los casos de reacciones graves suponen un porcentaje muy bajo. Y además, la vacunación está permanentemente bajo lupa, gracias al protocolo de farmacovigilancia de la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
Pedro Cavadas, sobre la vacuna rusa
El doctor Pedro Cavadas también habló en aquella entrevista de la vacuna rusa, Sputnik V, que ahora el Gobierno español se ha avenido a comprar bajo el amparo de la Unión Europea. El cirujano destapó los intereses económicos que se esconden detrás de estos productos: «El tío que anuncia los inicios de los estudios de una medicación lo hace porque los países empiezan a hacer millones de pedidos con trillones de dólares».
Según dijo, «si yo llamo a Vladimir Putin y le digo que voy a dejar caer que su vacuna es la que más me convence, a partir de ese momento probablemente la Sputnik Corporation ganará 10.000 o 12.000 trillones de dólares». pero dejó claro que en aquel momento no había «ninguna vacuna segura y útil en el aspecto de medicación eficaz».