La desaparición de Anna y Olivia a manos de su padre sigue manteniendo en vilo a toda España. Las pequeñas, de 1 y 6 años, fueron vistas por última vez hace dos semanas, el pasado 27 de abril, y desde entonces nada se ha sabido de ellas.
Los padres de las niñas se separaron durante la primavera del 2020 y unos meses después Beatriz Zimmerman empezó una relación con otro hombre.
Razón por la cual Tomás Gimeno decidió ponerle un detective y seguir todos los pasos a la madre de sus hijas.
La Guardia Civil no ha dejado de investigar el caso desde que se denunció la desaparición de Anna y de Olivia hace ya dos semanas y poco a poco van incorporando nueva información que podría ser relevante para dar con el paradero de las menores.
Ahora, tal y como han adelantado desde 'El Mundo', los agentes acaban de incorporar a su investigación los datos del informe de la agencia de detectives que contrató Tomás Gimeno para vigilar a su exmujer.
Según la información que ha compartido este mismo medio, el despacho está colaborando de forma muy activa con la Guardia Civil y les han detallado todo el trabajo que confeccionaron sobre la vida íntima de Beatriz Zimmerman a petición del padre de las niñas.
Tomás Gimeno investigó a Beatriz
Fue en julio de 2020 cuando Tomás se puso en contacto con la agencia de detectives con la intención de averiguar todos los movimientos de la que había sido su mujer.
Aunque en aquel momento la relación entre ellos ya no iba bien y la separación era inminente, la legitimidad del servicio que solicitó radica en que existía un vínculo entre ambos. Legalmente todavía estaban casados y además tenían dos hijas en común.
La agencia accedió entonces a llevar a cabo la investigación. Los detectives realizaron un dosier y se lo entregaron a Tomás Gimeno.
El seguimiento a Beatriz Zimmerman se hizo poco más de un mes antes de que el padre de las pequeñas agrediera en presencia de Anna y de Olivia a la nueva pareja de su exmujer en el aparcamiento un restaurante tras haberles seguido y de arrastrar por el suelo a la madre de las menores.
Unos documentos que ahora se encuentran en manos de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Tenerife y que se han convertido en un elemento más de la investigación de la desaparición de Anna y de Olivia.
El rechazo de Tomás a Eric
A pesar de haber sufrido varios incidentes con Tomás, Beatriz siempre se mantuvo reacia a denunciarle. La madre de las pequeñas quería mantener la mejor relación con el padre de sus hijas.
Pero tal y como revelan las pesquisas, él no encajó bien la separación y mucho menos el hecho de que la nueva pareja de su exmujer fuera 24 años mayor que ella.
Tomás se refería a Eric como «el viejo» y rechazaba que una persona de su edad estuviera a cargo de las niñas. «No quiero que un viejo cuide de mis hijas».
Los últimos movimientos antes de desaparecer
Han pasado dos semanas desde que Beatriz Zimmerman vio a Anna y a Olivia, y aunque la Guardia Civil no ha dejado de trabajar en su búsqueda desde entonces, son muy pocas las pistas que hay sobre ellas.
Los agentes están centrados principalmente en el océano, donde apareció la barca de Tomás vacía y a la deriva.
El padre de las pequeñas fue captado por las cámaras del puerto transportando petates militares y varias bolsas a la embarcación, pero nadie vio allí a ninguna de las niñas.
Los tres pasaron la tarde en casa de los progenitores de Tomás y sobre las 19:30 horas se dirigió a su propia casa con Anna y Olivia, donde estuvieron solos.
A partir de ahí se pierden las pistas de las menores y los únicos registros que hay son del padre de las niñas en solitario.
Tomás Gimeno llegó el 27 de abril a las 21:30 horas al puerto y cargó varios bultos en su barco. Poco después se adentró en el mar, pero sobre las 23:30 regresó para cargar su móvil. Volvió a marcharse a las 00.00.
Lo último que sabe de él es que a la 01:30 habló con Beatriz. El padre de las niñas tendría que haber llevado a sus hijas de vuelta con su madre a las 21:00 horas, pero no lo hizo.
Tomás llamó a su exmujer y le amenazó diciéndole que no iba a volver a verles a ninguno de las tres, pero unas horas más tarde, durante la madrugada, mantuvo una nueva conversación telefónica con ella y logró tranquilizarla.
Beatriz no se asustó en aquel momento ni sospechó que su exmarido podría haberse llevado a sus hijas. Sin embargo, cuando se enteró de que los amigos de él habían recibido mensajes de despedida se asustó y puso una denuncia.