La pesadilla de Paula empezó hace cinco años cuando sufrió una violación en manada, y acabó este pasado domingo, cuando presuntamente se quitó la vida. Su tía la encontró muerta en su casa, a falta de pocos meses para que arranque el juicio. Su tragedia se ha convertido en un símbolo contra la violencia de género.
Paula Martínez fue violada por diez hombres hace cinco años en una fiesta de cumpleaños en Florencia Varela (Argentina). La drogaron, la raptaron y la violaron en grupo. Pero ese no fue el final de su sufrimiento, porque cuando decidió denunciar a sus agresores empezó un hostigamiento con todo tipo de amenazas.
En marzo de 2022 estaba previsto que empezara el juicio contra los diez acusados, uno de los cuales sigue en paradero desconocido. El pasado domingo, la tía de Paula la encontró muerta en su casa. Su madre está destrozada, y asegura que teme por su vida: “No me voy a matar, si me pasa algo es porque me lo hicieron”.
‘Son asesinos, como todos los violadores’
La violación de Paula ocurrió en 2016, cuando la chica tenía 18 años, y se ha quitado la vida con 23. Según ha revelado su madre Sandra, se encontraba inmersa en un cuadro depresivo y bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico. El origen de su estado no es otro que la agresión grupal que sufrió hace cinco años.
“Estoy destrozada, me abandonaron todos”, dice esta madre, “ella se quedó sola y así terminó”. Asegura que pidió ayuda a todo el mundo “porque yo ya no sabía como ayudarla, más que estar con ella”. Por eso afirma alto y claro que “la mataron en vida, son asesinos, como todos los violadores, y ahora la terminaron de matar”.
Sandra ha descrito toda una serie de episodios de hostigamientos y amenazas que tanto su hija como su familia han sufrido desde entonces. Detrás están los familiares de los hombres que la violaron, y el motivo es que Paula decidió denunciarlos. Trataron de evitar por todos los medios que el caso llegara a la justicia.
“Desde hacer roncar una moto en la puerta de mi casa hasta hacer gesto agarrándose los testículos”, explica Sandra. Lamenta que “todas las mujeres de esas familias han defendido a los violadores, hostigándonos y pasando por la calle mientras gritaban ‘putas’, ‘drogadas’”. Habla incluso de un presunto intento de homicidio al mayor de sus nietos.
La madre desliza una sospecha
Esta situación habría agravado aún más la delicada situación de Paula, que el pasado domingo se colgó de un ventilador del techo de su casa. De hecho, la madre no tiene clara la causa del fallecimiento y desliza la sospecha de un posible ajuste de cuentas. Por eso ha pedido investigar a fondo lo ocurrido.
“Lo único que quiero decir es que sé que ahora ella está en paz y ya no sufre esa tortura psicológica”, ha añadido. Por su parte, asegura que “voy a luchar para tratar de conseguir la prisión perpetua para estos asesinos”. Lamenta que “hasta ahora he intentado mantenerla a ella con vida, y no lo he conseguido”.
El abogado querellante Daniel Giaquinta ha confirmado que se presentaron alrededor de 30 denuncias por las amenazas constantes a Paula y su familia. Entre ellas, un ataque a tiros contra la casa en 2018. Pusieron medidas de protección, la familia intentó mudarse de casa, pero todo fue en vano para escapar del infierno.
Según la autopsia, la víctima sufrió una fractura de cuello compatible con el ahorcamiento. La fiscalía plantea la hipótesis del suicidio, pero la familia tiene dudas acerca de como se produjo el final de la joven. Creen que las amenazas y el estado mental de la joven no son suficientes para confirmar la teoría del suicidio.
Cómo se produjo la agresión
El día que la violaron, Paula estaba en casa con su mamá y su papá cuando la vecina de enfrente la invitó a su fiesta de cumpleaños. Ambas habían jugado juntas de pequeñas y Paula la había ayudado a encontrar trabajo, así que la invitó. La joven rechazó dos veces la invitación, porque no tenía relación con ese grupo.
Finalmente acudió, y lo que pasó entonces lo relató ella misma hace un tiempo: “El primo de ella, uno de los violadores, me dio una bebida y empecé a sentirme mal, mareada. Se me acercó otro de los violadores, y desde ahí recuerdo poco”. Sí recuerda que fue arrastrada a una esquina donde los hombres abusaron de ella.
“Recuerdo que eran más de cinco porque vi sombras y siluetas, pero no sé quienes son”, añade. De los diez hombres que participaron en la violación pudo identificar a seis de ellos, todos vecinos del mismo barrio. A pesar del miedo, Paula decidió denunciar y a partir de entonces empezó su calvario.
El juicio sigue adelante
A pesar de la muerte de Paula, el proceso contra los violadores sigue su curso y serán juzgados a finales de marzo. Los imputados tenían entre 29 y 40 años cuando ocurrieron los hechos. En abril de este año, el juez resolvió llevar a juicio a los acusados por violación grupal, tal y como había pedido la fiscalía.
El juez argumentó que “Paula Martínez fue víctima de violencia de género, ya que las conductas antes descritas por parte de varios hombres, que las desarrollaron basándose en una desigualdad de poder basada en el género, han causado daños, sufrimientos físicos, sexuales y psicológicos en la mujer víctima”.