La Guardia Civil está moviendo cielo y tierra para encontrar alguna pista que sirva para arrojar algo de luz sobre la desaparición de Anna y Olivia.
Las niñas y su padre, Tomás Gimeno, se encuentran en paradero desconocido desde hace ya 22 días, cuando el progenitor habría decidido no devolvérselas a su madre y raptarlas como una especie de venganza por haber iniciado una relación sentimental con otra pareja.
Desde entonces, las autoridades policiales trabajan sin descanso para encontrar con vida a las dos hermanas de 1 y 6 años, aunque las últimas hipótesis también barajan la posibilidad de que el padre pudiera haber asesinado a las pequeñas y haber huido fuera del país tras realizar un movimiento bancario de 55.000 euros.
Tras descartar la participación de su actual pareja y amigos cercanos como posibles cómplices, los agentes de la Guardia Civil se han centrado en inspeccionar las propiedades y los vehículos del principal sospechoso de la desaparición de las niñas.
Continúa la búsqueda de las niñas de Tenerife tras la inspección de la casa
Este pasado martes, los agentes registraron por quinta vez la casa de Tomás en busca de restos orgánicos, aunque una vez más no hallaron pruebas concluyentes a pesar de contar con la ayuda de dos perros adiestrados en la búsqueda.
Mientras revisan también los exteriores de la vivienda, los investigadores han decidido centrar la jornada de hoy en registrar nuevamente el coche y el barco en el que el padre fue visto por última vez antes de perderle el rastro, según han apuntado fuentes de la investigación a la agencia EFE.
Cabe recordar que el testimonio del vigilante del puerto, la última persona que vio con vida a Tomás, ha puesto el foco sobre la embarcación del padre de las niñas y sobre la hipótesis del asesinato, ya que aseguró haber visto al hombre sin sus hijas y cargando la lancha con varios bultos.
La embarcación habría sido localizada, vacía y a la deriva, por los equipos de rescate que también encontraron flotando en el agua una silla de retención infantil y fue inmediatamente trasladada al puerto para ser inspeccionada en profundidad.
La Guardia Civil inspecciona otra vez la embarcación y el coche de Tomás Gimeno
En un primer registro, los agentes de la Guardia Civil hallaron restos de sangre que resultaron ser del padre y se percataron de que la lancha no llevaba ancla.
A pesar de que este hecho generó una gran incógnita en los investigadores, finalmente fue resuelta por un amigo de Tomás Gimeno que aseguró que el artefacto se había perdido hace ya varios años y, pese a ser obligatorio, no había sido repuesto.
En cualquier caso, son muchas las dudas que quedan y por esta razón la Guardia Civil ha decidido hacer un nuevo registro de la embarcación. Los agentes han izado a tierra la embarcación y se la han llevado en un remolque del puerto para realizar una nueva inspección en busca de restos orgánicos.
Además, la Guardia Civil está a la espera de autorización judicial para incorporar a las labores de búsqueda un sonar y un robot submarino cedidos por el Instituto Español de Oceanografía que supondrán una importante ayuda para rastrear las profundidades del océano.
Mientras la investigación continúa, la madre de Anna y Olivia está cada vez más hundida y desesperada por no tener ninguna noticia sobre sus hijas.
Beatriz ha publicado una nueva carta a través de redes sociales en la que asegura que ya no tiene fuerzas para luchar y que la incertidumbre se está convirtiendo en una verdadera «tortura» para ella, aunque no piensa rendirse hasta descubrir el paradero de sus hijas.