El cuerpo de un niño de 7 años ha aparecido en un congelador en casa de sus padres. La policía cree que sus padres ocultaron el cuerpo hace dos años, cuando el pequeño tenía solo cinco. Los sospechosos han quedado detenidos y tendrán que explicar qué ocurrió.
Los arrestados son Kassceen y Dina, un hombre de 49 años y una mujer de 48. Viven en Virginia, Estados Unidos, que es donde ha tenido lugar el macabro hallazgo. Los restos de su hijo Eliel Adon han aparecido en el congelador de su garaje.
Los investigadores calculan que los restos llevaban en el aparato unos dos años, y que el niño falleció cuando tenía cinco. Por lo tanto, Eliel tendría hoy siete años. Según el The Sun, la madre se lo confesó todo a su hermano y este ayudó a destapar el caso.
El pasado 3 de mayo, Dina confesó a su hermano que el niño había fallecido hacía dos años. Según su relato, el padre de la criatura había envuelto su cadáver y lo había colocado en el arcón. Allí había permanecido durante todo este tiempo sin levantar sospechas.
El hermano de la mujer dio el aviso a las autoridades, que se desplazaron hasta la casa para realizar un registro. Una vez dentro descrubieron al pequeño dentro del frigorífigo. Procedieron a detener a los padres por un presunto delito de ocultación de cadáver.
La pareja ya ha quedado en libertad bajo fianza, a la espera de que se celebre el juicio el próximo 5 de agosto. Tendrán que aclarar todos los interrogantes abiertos en esta historia. La clase es saber cómo murió el pequeño y por qué razón ocultaron su cadáver.
El fallecido es su hijo
La investigación está avanzando, aunque no al ritmo que sería deseable. El propio responsable, el comandante Mike Louth, reconoce que es un caso complejo: «Tenemos restos humanos que han estado en un congelador año y medio o dos, no es una investigación usual».
Una de las claves para el desarrollo de la instrucción fue el análisis forense. La unidad al mando de la investigación trabajó codo con codo con la oficina del fortense. En la autopsia trabajaron varios especialistas y antropólogos forenses.
Las primeras pruebas de ADN han determinado que Dina es la madre biológica de Eliel, aunque se desconoce si Kassceen es el padre biológico. Medios locales informan que en el mismo domicilio vive un segundo niño, que ahora se encuentra en un hogar de acogida.
Descubrir el cuerpo del menor ha sido un paso importante, pero queda lo más complicado: aclarar si mataron al niño o ya estaba muerto, por qué lo escondieron y qué grado de implicación tuvieron cada uno. No será nada fácil, y por eso han pedido ayuda ciudadana.
Las autoridades locales han hecho un llamamiento para que todo aquel que tenga alguna información sobre el caos, la ponga en conocimiento de la policía. Mientras, en el vecinadrio donde ocurrieron los hechos reina la desolación. Los vecinos se encuentran sorprendidos e indignados.
Los cargos para cada uno
Dina ha sido acusada de omisión de socorro y cooperación necesaria en ocultación de cuerpo. Ha afirmado ante la policía que ha sido objeto reiterado de abusos físicos y mentales durante años. También que temía por su seguridad y la de su hermano.
Su pareja, Kassceen, se enfrenta a una acusación por ocultación de cadáver, y a otra por lesiones graves contra su mujer. Ante la policía, el sujeto reconoció haberla atado, golpeado y quemado en varias ocasiones. El hermano de ella asegura que temía por la vida de su hermana.
Los investigadores están a la espera de los resultados finales de la autopsia. Esta tendría que arrojar algo de luz a la causa y la forma de la muerte. A partir de aquí se perfilarán los cargos finales contra Kassceen y Dina, los padres acusados de esconder el cadáver de su hijo.